María, una abuela coraje

María es una abuela coraje. Se ha puesto el mundo por montera y quiere un porvenir para su nieto

La historia de María es la de muchas personas de su edad. Acaba de cumplir 83 años. Comenzó muy joven a labrarse un futuro, tenía sólo 12 años cuando entró a trabajar en una casa “haciendo un poco de todo”, comenta. Se casó y viendo que el porvenir en España, en 1961, no era muy benigno, decidió hacer la maleta, cruzar la frontera y buscarse el futuro en Francia. Se marchó sola, pero a los tres meses le dijo a su marido Albino que se fuera con ella al país galo.

“Trabajé como una burra, aprendí francés y le dimos un futuro a nuestros dos hijos”, recuerda con emoción. Pero, un día decidió que querían regresar a Salamanca. Tenía una casa baja y negoció con un contratista hacer un bloque. Hoy vive en uno de los pisos que se levantaron en el viejo solar junto a su marido.

La vida la ha tratado regular, porque perdió a su hija Basi debido a un cáncer. Y ahora ella se ocupa de su nieto, un mozatón de 25 años que no tiene trabajo. “No quiero nada para mí, pero mi nieto está en la mejor edad para trabajar. Sólo nos tiene a nosotros, porque su padre, que es francés, cuando mi hija se divorció dijo que si se venían a España, no quería saber nada más de ellos”, explica María.

Cada vez que va a la carnicería, al supermercado o a comprar el pan le pregunta a los encargados si tienen trabajo. “Los tengo aburridos, pero es que nosotros, mi marido y yo, queremos ver a nuestro Micaelle colocado”, puntualiza María y añade: “creen que nos engañan diciendo que todo está mejorando, pero los que se engañan son ellos, porque la situación está muy mal. Nunca en mi vida he visto esto. Antes, el que quería trabajar, encontraba un trabajo, ahora no”.  

Le preguntamos a María si su nieto está pensando en hacer las maletas y volver a Francia. “¡Uy, ni hablar! Allí están tan mal como aquí. Mi nuera es francesa y tiene a toda su familia allí y le cuenta que todo está fatal”.

¿Qué opina su nieto de que pida trabajo para él?

El día que se enteró, me echó una gran bronca.  Pero a mí no me importa, soy una luchadora, a nadie le tiene que dar vergüenza pedir trabajo, es lo más honrado del mundo.

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