La investigadora del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (Irnasa-CSIC) Ainhoa Martínez Medina ha obtenido una de las ayudas más prestigiosas y competitivas de la Comisión Europea, una ERC Consolidator Grant, dotada con 2,5 millones de euros para avanzar en una estrategia alternativa y sostenible para el control de plagas de insectos en la agricultura: el uso de microorganismos beneficiosos para las plantas capaces de modular su sistema inmune e inducir su resistencia.
Las ERC Consolidator Grants tratan de apoyar la investigación de vanguardia, seleccionando a los científicos más excelentes y a los proyectos más innovadores y originales que son sometidos a una rigurosa y exigente evaluación. Prueba de ello es que, de los 2.130 candidatos presentados a última convocatoria, el Consejo Europeo de Investigación (ERC) ha seleccionado solo a 308, lo que representa una tasa de éxito del 14%. En esta última convocatoria, se han concedido subvenciones por un total de 627 millones de euros dentro del programa Horizonte Europa de la UE.
“Recibir esta ayuda es el mayor reconocimiento que puede tener un investigador tanto a nivel científico como personal. Después de muchos años trabajando duro supone una gran satisfacción y te ayuda a seguir investigando con ilusión”, afirma la científica, quien destaca que, es “el hito más importante” de su carrera profesional y que prácticamente la mitad de la cuantía “puede destinarse a contratar personal” en su Laboratorio de Agroecología Molecular (Molecolab), un aspecto fundamental para poder avanzar en la investigación en esta área.
Y es que las ERC Consolidator Grants están dirigidas específicamente a investigadores jóvenes (menos de 12 años de experiencia postdoctoral) que se encuentran en una etapa de su carrera en la que aún pueden estar consolidando sus propios equipos de investigación. Gracias a esta beca, Martínez Medina podrá incrementar su equipo de trabajo, que contará con dos investigadores postdoctorales, dos predoctorales y un técnico especializado.
Control de plagas sostenible
Desde el inicio de su carrera, Martínez Medina se ha interesado en cómo los microbios beneficiosos inducen la inmunidad de las plantas contra sus atacantes, fenómeno conocido como resistencia vegetal inducida por microbios (MIR, por sus siglas en inglés), que se ha revelado como una estrategia sostenible de control de plagas.
Esta estrategia ha adquirido una gran relevancia en el marco del Green Deal o Pacto Verde Europeo, el conjunto de iniciativas aprobadas por la UE en 2020 para frenar el cambio climático y proteger el medio ambiente. Una de las medidas que incluye el Pacto Verde es reducir a la mitad el uso de pesticidas químicos en 2030. “No queda mucho tiempo para alcanzar este objetivo y hay que dotar de alternativas a los agricultores”, apunta la investigadora.
El uso de microorganismos para inducir una respuesta inmune en las plantas frente a plagas es una herramienta de control biológico prometedora, pero aún quedan cuestiones por resolver. “El objetivo del proyecto MIMIR es optimizar el uso de agentes microbianos para controlar plagas de insectos y que sean más eficientes, y evitar que se generen resistencias como ahora sucede con los pesticidas químicos. Queremos anticiparnos a esta situación y poder decirle al agricultor qué microorganismo o conjunto de microorganismos son los más apropiados en cada caso”, detalla.
Respuesta “en cascada”
Los últimos trabajos de la investigadora revelan que las respuestas desencadenadas por MIR podrían «viajar» más allá de la planta e incorporarse a las comunidades asociadas a ella. Sin embargo, hasta ahora no se habían estudiado en profundidad estos efectos en los diferentes miembros de la cadena trófica, desde las plantas hasta los herbívoros, sus enemigos naturales -organismos que se alimentan de otros- y el microbioma del suelo.
De este modo, el objetivo general del proyecto Mimir es desentrañar cómo, y en qué medida, las respuestas inmunes MIR son transformadas e incorporadas en estas comunidades asociadas a las plantas. Un conocimiento necesario para avanzar en esta herramienta de control biológico. Para ello, se utilizará un enfoque multidisciplinar que combina técnicas multiómicas -que permiten estudiar simultáneamente un gran número de moléculas implicadas en el funcionamiento de un organismo-, biología computacional, genómica funcional y experimentos en mesocosmos -experimentos que recrean un entorno natural, pero a menor escala y en condiciones controladas-.
Ainhoa Martínez Medina es investigadora del Grupo de Interacción Planta-Microorganismo del Irnasa-CSIC desde 2019. Fue entonces cuando se incorporó al centro tras obtener una de las becas de Atracción de Talento del Ayuntamiento de Salamanca, una convocatoria altamente competitiva con una tasa de éxito menor al 3% en la que quedó en primer lugar. Dos años después, obtuvo un contrato Ramón y Cajal, ocupando también el primer lugar en el área de Agricultura. Desde 2023, es Científica Titular del CSIC. Previamente, desarrolló su carrera investigadora en centros españoles -Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, Estación Experimental del Zaidín- e internacionales -Universidad de Utrecht (Países Bajos), iDiv (Alemania)-.