Pese a lo que pueda creerse, los hoteles no pierden dinero con el buffet libre, y es cuentan con numerosos ‘secretos’ para sacar la mayor rentabilidad. Además, ponen en práctica diferentes técnicas y tienen en cuenta algunos factores que hacen de esta modalidad algo rentable para las compañías.
El todo incluido de los hoteles puede resultar una de las opciones más cómodas para los clientes, que en muchos casos buscan ahorrar el coste de comer y cenar fuera. Ante este tipo de servicio, hay quien puede creer que las compañías pierden dinero. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.
El medio estadounidense ‘The Hustle’ ha analizado una treintena de buffets y ha enumerado los diferentes trucos que ponen en práctica las cadenas hoteleras para reducir costes y obtener rendimiento económico con los ‘todo incluido’.
En primer lugar, al tratarse de un servicio de buffet libre, los hoteles ahorran mucho dinero en coste de personal, ya que un solo cocinero puede atender hasta a 200 comensales. Además, colocan estratégicamente la comida, situando los alimentos más baratos en primera fila y en recipientes más pequeños, para dar la sensación de que se come más cantidad.
También suelen colocar cucharas más grandes en alimentos baratos como las patatas, y pinzas más pequeñas en otros más caros, como la carne. Otra de las técnicas que emplean es la de ‘esconder’ algunos de los productos más caros, poner más pan para que los comensales se llenen antes, o cobrar las bebidas o lo que se deja en el plato.
Finalmente, las compañías hoteleras también tienen en cuenta el denominado ‘truco de los tres días’, y es que está demostrado que los clientes empiezan a comer menos y a controlarse más a partir del tercer día en el hotel. Por ello, al acabar autolimitándose, contrarrestan lo que se han excedido los días previos, creando un equilibrio que resulta beneficioso para el hotel.