La fusión entre Orange y MásMóvil, aprobada por la Comisión Europea este martes, supondrá una serie de consecuencias en el sector de las telecomunicaciones, que afectarán tanto a las compañías de la competencia como a los propios consumidores. Así pues, el Ejecutivo europeo ha reconocido que esta operación podría dar lugar a subidas de precios en España de más del 10%.
La Comisión Europea ha aprobado este martes la fusión entre Orange y MásMóvil, aunque ha puesto una serie de condiciones para que se garantice la libre competencia (remedities, como se conoce en el argot del sector). Con estas exigencias, la Comisión asegura que se garantiza que, “los consumidores en España sigan beneficiándose de un mercado de telecomunicaciones competitivo, en términos de calidad y conectividad 5G”.
No obstante, las exigencias de la Comisión son fruto de un acuerdo al que llegaron las dos operadoras con Digi el pasado mes de diciembre. En este sentido, la operadora rumana se hará con 60MHz de espacio radioeléctrico en distintas bandas de frecuencia, pagando 120 millones de euros a MásMóvil, pudiendo así construir su propia red móvil. Si bien, dado que aún así será insuficiente para cubrir toda España, Orange ofrecerá a Digi la posibilidad de convertirse en su proveedor mayorista, cerrando un acuerdo de roaming nacional.
Pese a todo, aún existen muchas dudas sobre lo que realmente ocurrirá tras esta operación, especialmente en lo referido a las consecuencias que afectarán a los consumidores. Desde Facua, su secretario general Rubén Sánchez, ha lamentado en 20minutos que, “no estamos hablando de una buena noticia para los consumidores”, ya que, “cuanta más concentración hay en el sector, menos competencia”. Esta reducción de competencia podría dar lugar, según aseguraba la Comisión Europea, a “importantes incrementos de precios para los consumidores en España, muy por encima del 10%”, aunque esperan evitar este escenario con los remedities impuestos.
“Estamos hablando de dos macroempresas, no de una gran empresa que absorbe una pequeña. Por lo tanto, no podemos considerar que esto sea un avance en el sector, que tiene ya unos altísimos niveles de concentración en España y donde los pequeños operadores apenas tienen poder para introducir elementos de competencia”, añade Sánchez.
Por otro lado, la fusión entre Orange y MásMóvil podría afectar a las campañas promocionales que lanzan las operadoras. “Una mayor concentración en el mercado podría reducir la necesidad de los grandes operadores de lanzar promociones y mejorar sus precios”, explica la portavoz de Telecomunicaciones de Kelisto, Sara Perales. Sin embargo, también reconoce que, “el fortalecimiento de Digi puede ser unan buena noticia para el consumidor: se trata de una de las compañías más agresivas en cuanto a precios y eso podría obligar a sus competidores a ser cautelosos ante posibles subidas de precios”.
Otra de las consecuencias de la fusión podría afectar a las segundas marcas, que podrían desaparecer para recortar gastos y reducir la competencia. En este sentido, ya en 2021 Orange eliminó República Móvil, su marca low cost, pasando sus usuarios a Simyo. Si bien es cierto, en estos casos, la compañía tiene la obligación de avisar con un mínimo de 30 días de antelación y, en caso de que la modificación implique una subida de precios, se debe anular la permanencia.
Finalmente, dentro de los grandes afectados cabe mencionar a Telefónica, que perderá el liderazgo en el mercado español. Tras la fusión, la operadora resultante de Orange y MásMóvil, contará con 7,3 millones de clientes de banda ancha, 30 millones en servicios digitales y 2,2 millones en televisión. Además, su valoración total ascenderá a 19.600 millones (8.100 de Orange España y 11.500 de MásMóvil).