Mi piel está mejor al dejar de fumar

La nicotina es vasoconstrictora, cuando se deja de fumar los vasos se dilatan y llega más sangre con más oxígeno y nutrientes a todo el organismo
Un corazón hecho con crema. Pixabay.

Este no es un blog de autoayuda al uso. Tampoco es un texto de consejos médicos. Ni siquiera es una conversación entre médico y paciente. Son, por encima de otras cosas, las reflexiones personales de una fumadora impenitente de cigarrillos, Lira Félix Baz, y de un médico, Miguel Barrueco, quien fue jefe de la Unidad de Tabaquismo del hospital Clínico de Salamanca.

Siempre hay un momento en el que un fumador quiere dejar el tabaco. Aprovéchalo, porque es como los trenes… (37º Post)

—-00000—-

Después de bregar durante esos días, más bien semanas, con Endriago, de ajustarme a mi nuevo horario, a nuevas costumbres y tareas, me fui encontrando mejor y cuando me presentara delante de Amparo y Miguel seguro que estaría muy contenta y satisfecha conmigo misma.

Por varios motivos: Uno porque había guerreado con firmeza y determinación y había vencido de nuevo, al menos en esta batalla, y otro porque me notaba con más fuerza, energía y vitalidad, por lo que los altercados con Endriago los ganaba yo, que eso siempre te da muchísimo ánimo y firmeza para pensar que la decisión de dejar de fumar que tomé hacía ya tres largos meses estaba siendo la correcta y que voy por el camino adecuado, el que me conducirá a Ítaca, por lo menos esa es la intención que llevan mis pasos.

Además de sentirme muy bien conmigo misma, tanto física como psicológicamente, debo de sumarle un entero más a este inesperado bienestar. Mi piel.

Miguel me había dicho que comenzaría a notarla con más brillo y vitalidad, pero no le eché mucha cuenta. Más que nada porque los anuncios de cosméticos siempre te ofrecen el oro y el moro y no siempre ves los resultados. Pero Miguel  no me había engañado nunca y ahora tampoco lo había hecho.

Mi piel relucía. Bien es cierto que, como la mayoría de las mujeres, gasto una cantidad considerable en cremas hidratantes, limpiadoras, exfoliantes y tónicos en general. Me encanta cuidarme, pero desde que había dejado de fumar, la epidermis estaba muchísimo más receptiva con todos y cada uno de los productos que le aplicaba, por lo que el ahorro era considerable aunque parezca mentira. Eso también tiene una explicación. Cuando tienes la piel tan seca y dañada necesitas más productos para hidratarla, a medida que va sanando, la cantidad de crema que necesitas disminuye, por lo que el bote que antes te duraba tres semanas, ahora pasa del mes.  

Ya me lo habían dicho Amparo y Miguel, pero mirando en Internet, que  bien mirada es un pozo de sabiduría, comprobé que los cirujanos plásticos, cuando realizan un lifting aconsejan a sus pacientes si son fumadores que al menos 15 días antes de la intervención no fumen, porque el tabaco es responsable de muchas necrosis (muerte) cutáneas postoperatorias. En cuanto a otras intervenciones estéticas, como el levantamiento o aumento de senos, los facultativos aconsejan que si la paciente consume tabaco, dejé de fumar al menos durante las tres semanas previas a la intervención.

Según pude saber al leer estos artículos, la explicación de la mejora en la tonalidad y tonificación de la piel viene dada por el aumento de oxígeno que llega, no solo a la piel, sino también a la boca y  a las encías.

El oxígeno es el responsable de ayudar a reparar la piel seca y las arrugas prematuras. La nicotina es vasoconstrictora, cuando se deja de fumar los vasos se dilatan y llega más sangre con más oxígeno y nutrientes a todo el organismo, y por supuesto a la piel.

No obstante apunté: Consultar a Miguel los beneficios que tiene para la piel dejar de fumar,  ya sabemos que en los pozos de sabiduría (internet) también se puede encontrar un lodazal.

Continuará…

Este blog está protegido por los derechos de autor. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este texto. (SA-79-12)

1 comentario en «Mi piel está mejor al dejar de fumar»

  1. Dejé de fumar de un día para otro hace unos 20 años, llevaría otros 20 fumando desde los 11 años, recuerdo que fue por Navidad. No me costó nada de trabajo, simplemente dije: a partir de mañana no voy a fumar, y así fue, no tuve mono, ni recaídas ni nada de nada. Fue tan fácil que al año siguiente, por Semana Santa, fumé cinco o seis en una reunión de amigos, pensando que sería igual de sencillo volverlo a dejar. ¡Los cojones!, no he vuelto a ser capaz de dejarlo y tengo 67 años. Lo estoy intentando otra vez, llevo dos semanas sin llevarme un cigarro a los labios y es una tortura. Veo tabaco allá donde voy, no me quito de la cabeza la visión de un cigarrillo recién encendido, humeante, placentero, inocente. Sé que es complicado dejar ese enorme placer que me lleva acompañando 55 años, también sé que solo se necesita no volver a comprar para evitar la tentación de recaer. Espero conseguirlo.

    Responder

Deja un comentario

No dejes ni tu nombre ni el correo. Deja tu comentario como 'Anónimo' o un alias.

Más artículos relacionados

Te recomendamos

Buscar
Servicios