Salamanca acoge desde este jueves la versión itinerante de Nikola Tesla. El genio de la electricidad moderna, una exposición creada por la Fundación ”la Caixa” sobre el visionario ingeniero que realiza un recorrido cronológico por su vida y por los avances tecnológicos que marcaron su trayectoria. La exposición, muestra itinerante que recorre la vida y la obra del ingeniero serbio, una figura clave en la historia de la ciencia gracias al desarrollo de inventos que marcaron el siglo XX, se puede visitar en la Plaza de Anaya hasta el 1 de mayo.
La muestra, que llega a Salamanca en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad, pone de relieve la importancia de Tesla en la historia de la ciencia.
A Tesla, de quien hay documentadas cerca de 300 patentes, le debemos contribuciones esenciales para la vida moderna, como por ejemplo la invención del motor de inducción, el desarrollo de la corriente alterna como fuente de energía y la transmisión inalámbrica de energía e información, entre otras.
La exposición, realizada en colaboración con el Nikola Tesla Museum de Belgrado en la que los visitantes podrán observar en funcionamiento los principales inventos de Tesla, podrá verse en dos unidades desplegables que permitirán acercar la ciencia de Tesla a todos los públicos fuera del marco habitual de los museos.
Tesla fue un auténtico pionero en ramas de la ciencia y las tecnologías que ya se encontraban en expansión, pero también en otras que aún tardarían años en ser tomadas en consideración, como la robótica o las comunicaciones interplanetarias. De Tesla, existen documentadas 280 patentes en 26 países diferentes, pero se sospecha que existen otras aún no identificadas.
A pesar de su genialidad y su visión, Tesla no estaba dotado de una gran perspicacia para los negocios y fue plagiado por algunos de sus contemporáneos. Tras décadas de aportaciones relevantes en varios campos científicos, algunas de las cuales terminaron por arruinarlo, murió en soledad y fue prácticamente olvidado durante años, a pesar de que más tarde se convirtió en un icono popular rodeado de algunas teorías conspiratorias inverosímiles.
Esta exposición, que pudo verse primero en formato de sala en el Museo de la Ciencia CosmoCaixa y en diversos CaixaForum, se ha adaptado ahora a un formato itinerante que recorrerá numerosas ciudades de España y Portugal. En Salamanca, la exposición podrá verse hasta el 1 de mayo de 2024 en dos unidades móviles que se despliegan y se convierten en dos salas de cien metros cuadrados cada una, gracias a las cuales la Fundación ”la Caixa” puede ahora acercar la figura de Tesla a más públicos.
La exposición
La muestra realiza un recorrido por la vida de Tesla y por los avances tecnológicos que éste impulsó en orden cronológico, comenzando por su nacimiento en 1856, que estuvo rodeado de una aureola de leyenda por haber nacido durante una tormenta eléctrica de verano, lo que algunos interpretaron como un augurio extraordinario.
En la exposición se explica, también, que la curiosidad por los fenómenos eléctricos se despertó en él siendo muy pequeño, cuando la electricidad estática produjo unas chispas ruidosas mientras mimaba a su gato debido al roce de su mano. De joven, empezó los estudios de ingeniería eléctrica en la Escuela Politécnica de Graz y allí ideó nuevos tipos de motor.
Muy pronto, el verano de 1883, cuando ya trabajaba para la Continental Edison Company, filial europea de una de las compañías de Edison, Tesla presentó su primer gran invento, el motor de inducción, que recogía una de sus ideas más obsesivas: construir un motor que funcionase utilizando un campo magnético rotativo como fuerza motriz y no con un conmutador y escobillas, como funcionaban los motores eléctricos de la época.
El motor de inducción magnética de Tesla está basado en el hecho de que, tal y como ya había demostrado Michael Faraday, la electricidad y el magnetismo son las dos caras de una misma moneda, dos manifestaciones de la fuerza electromagnética íntimamente relacionadas: un campo magnético variable induce una corriente eléctrica en el interior de un conductor y, a la vez, una corriente eléctrica genera un campo magnético.
Nikola Tesla no consiguió ayuda financiera para poder desarrollar su revolucionario motor de inducción y, por ese motivo, el ingeniero decidió abandonar Europa en busca de oportunidades. En 1884 se trasladó a Nueva York, donde empezó a trabajar para la Edison Machine Works. En su etapa en esta compañía, Tesla trabajó en la mejora de la red de alumbrado de Nueva York, que por entonces funcionaba con corriente continua y empleaba lámparas de arco voltaico con electrodos de carbón que debían ser sustituidos periódicamente. Su relación con Edison se enturbió cuando este se negó a cumplir sus promesas económicas, motivo por el cual Tesla dimitió y fundó su propia compañía, la Tesla Electric Light & Manufacturing, donde comenzó un periodo de grandes dificultades económicas que le generaron gran inseguridad y una fuerte depresión.
En aquella época, entre 1886 y 1887, Tesla centró toda su atención en desarrollar el potencial de la corriente alterna, que es aquella en la que la intensidad y el voltaje varían en función del tiempo con una determinada frecuencia, a diferencia de la corriente continua, que mantiene su intensidad y voltaje a lo largo del tiempo, como sucede con una batería o una pila.
El magnate George Westinghouse estaba tan interesado en desarrollar las aplicaciones comerciales de la corriente alterna que llegó a adquirir los derechos de uso de siete patentes de Tesla que permitían superar los problemas existentes en la época para transmitir corriente eléctrica de manera eficaz a través de largas distancias. Tesla empezó a trabajar en la Westinghouse Electric & Manufacturing Company en un momento de competencia feroz entre las diferentes compañías norteamericanas.
Edison, alarmado por la tecnología de Tesla, que amenazaba sus intereses en un campo que él mismo había creado, inició una lucha de relaciones públicas que los periódicos denominaron la «guerra de las corrientes». La polémica registró episodios de auténtico juego sucio, pues a instancias de Edison se atizaba el miedo de la sociedad de la época a los accidentes por electrocución provocados por la alta tensión y se exageraba el número de accidentes mortales debidos al empleo de los sistemas creados por Westinghouse.