José María Vargas Zúñiga presidió en la transición y en los primeros años de la democracia la Caja de Ahorros de Salamanca. Amante de la cultura, una de sus preocupaciones fue la de dotar de bibliotecas a los barrios de la ciudad. Posibilitaba así a los estudiantes que no podían estudiar en sus casas por no tener espacio, calefacción o condiciones idóneas para el estudio y la lectura, un lugar para que pudieran hacerlo cómodamente.
Las bibliotecas de Caja Salamanca se abrían con una buena dotación de libros pero, sobre todo, con espacios para la lectura y el estudio. Los barrios más populosos se beneficiaron de estas instalaciones que, desgraciadamente, han sido cerradas con la desaparición de Caja Duero.
Me gustaría dar a conocer a un personaje entrañable, Raúl Pérez y Pérez, sordo profundo, paciente mío, que llegó, a pesar de su discapacidad sensorial, a cursar biblioteconomía y documentación con muy buen rendimiento. Escribió un libro que tuve la suerte de prologar. Raúl regentó durante más de 20 años la Biblioteca de la Caja de Ahorros de Pizarrales, asesorando a los muchos lectores del barrio que veían en él no solo el experto sino también el amigo.
A José María Vargas le debemos la construcción de la Biblioteca Universitaria Santa María de los Ángeles. Restauró el viejo colegio menor del mismo nombre, situado entre los barrios Universitario y Judío, e instaló en él una biblioteca que tiene la particularidad de abrir las 24 horas del día los meses del año en los que están convocados exámenes.
Se favorece así el estudio a cuantos estudiantes necesitan de un lugar para repasar apuntes a altas horas de la madrugada. Da gusto pasar por la calle Libreros las noches de febrero, junio o septiembre, y observar un ambiente propio de las horas centrales del día. Estudiantes que van y vienen con libros debajo del brazo, y corros de jóvenes fumando un cigarrillo, haciendo un alto en el estudio.
Por último, en este apartado de bibliotecas quiero referirme a una singular. En la Universidad Pontificia de Salamanca se ha instalado la Biblioteca Vargas Zúñiga. Este lugar para el estudio se construyó aprovechando el derribado Claustro de la Comunidad del Colegio de los jesuitas. Quedó arrasado por la francesada, pero el arquitecto Emilio Sánchez Gil logró sacar partido de las ruinas haciendo una biblioteca luminosa en uno de los lugares históricos de la ciudad.
1 comentario en «Biblioteca de Santa María de los Ángeles»
Quizás don José María Vargas-Zúñiga y su mujer Pérez-Lucas se merecen un gran homenaje de la Ciudad de Salamanca por su aportación a la rehabilitación además de su apuesta por incrementar lo que ahora llamamos «contenedores culturales», un servicio a favor de todos.
Gracias.