Esos malditos solares

La propuesta ecologista para el mantenimiento de los solares urbanos es muy sencilla: limpieza, mejor manual, de los residuos urbanos
Uno de los solares municipales repletos de margaritas silvestres. Fotografía. Asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.

El Ayuntamiento ha decidido arrasar la vegetación y los suelos de 300.000 m2 de solares en la ciudad. Desde luego cuenta con la aprobación de mucha gente entusiasta de la ‘limpieza’, el hormigón y el asfalto, cuanto más mejor. Pero esta opinión no es unánime y cada vez hay más vecinos que opina de otra forma.

La asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca estima que, mientras que por una parte el gobierno municipal ha gastado millones en ‘renaturalizar’ la ciudad con pequeños parterres en el centro, ha puesto tiestos colgando de algunas farolas, artilugios como jardineras o floreros móviles, instalación de ‘hoteles’ de abejas en los parques, piedras amontonadas para pequeños vertebrados, etc, por otra parte y «en flagrante contradicción va a eliminar todo vestigio de naturaleza en solares que suman la nada despreciable cifra de 300.000 m2. Es decir, más de 30 veces el Huerto de los Jesuitas y cientos o miles de veces la superficie ‘renaturalizada’ en las calles Zamora, San Pablo, etc.», indica.

Ese espacio de 30 hectáreas albergaría (y alberga en estos momentos) también miles de veces más biodiversidad que esos pequeños tiestos que adornan el centro urbano. «Si estos solares se respetaran, es decir, si se les dejara en paz, alojarían también más biodiversidad que la mayoría de los parques salmantinos. Y sería gratis, o casi. Con esto no queremos decir que se abandonen absolutamente. Hay que hacer un mantenimiento, hay que eliminar aquellos residuos sólidos urbanos que algunos tiran, aunque cada vez menos», explican desde la asociación.

Amapolas. Fotografía. Asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.

Las latas, papeles, plásticos y todo tipo de residuos urbanos que allí se abandonen deben ser retirados por los servicios municipales. También hay que segar la hierba para evitar incendios. «No toda, se pueden dejar islas y segarla a tiempo, justo antes de que empiecen los incendios; cuando la gran floración de la primavera haya terminado ¿y por qué no? cuando ya hayamos podido disfrutar del grandioso espectáculo de la explosión de las flores. En ningún caso se debe arrasar con maquinaria pesada toda la vegetación y destruyendo la fertilidad de los suelos convirtiendo estos solares en pequeños desiertos donde no quedará nada de vida», puntualizan.

Las hormigas, los insectos polinizadores, los murciélagos, los pájaros, especialmente gorriones, jilgueros, pardillos, ruiseñores y verderones «agradecerán que los dejemos en paz», señalan. También las lagartijas, las mariposas, la esfinge-colibrí, las culebras, los sapos (¡qué pocos quedan!), la lombriz de tierra, las mariquitas de siete puntos, libélulas y cientos más.

«La cuestión no solo es dejarlas ahí, que también tienen su ‘derecho’, la cuestión, también, es que los necesitamos nosotros. La humanidad ha sobrepasado casi todos los límites físicos del planeta, es decir, ha puesto ya en riesgo el complejo entramado de la vida y su sostenibilidad tal y como lo conocemos hasta ahora. Uno de esos límites sobrepasados es el de la biodiversidad. Actualmente desaparecen miles de especies cada año, lo que nunca había ocurrido en los miles de años de la existencia humana», matizan desde el Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.

Arveja silvestre. Fotografía. Asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.

La biodiversidad ofrece servicios absolutamente necesarios para nuestra vida, interviene en la producción de alimentos (polinización, depuración de las aguas, etc). Las ciudades y su entorno, son fundamentales para la conservación de muchas especies, porque los campos cultivados son muy pobres en biodiversidad. Allí se cultivan productos industriales y ese carácter industrializado va contra todo aquello pueda disminuir su productividad.

La propuesta ecologista para el mantenimiento de los solares urbanos es muy sencilla: limpieza, mejor manual, de los residuos urbanos. Segar la hierba al final de la floración y mejor cuando esté algo seca. La siega será parcial, dejando islas más o menos grandes sin tocar. «Estas islas se pueden señalizar con estacas. En algunos solares se podría arar el perímetro con una anchura de unos metros para más seguridad en caso de incendio. En ningún caso se debe usar maquinaria pesada y el desbroce también será excepcional», concluyen desde el Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.

3 comentarios en «Esos malditos solares»

  1. Tenéis toda la razón. Llevo días haciendo fotos y fotos de la maravillosa primavera que tenemos y todo antes de que arrasen con los solares. En Chamberi está mañana con maquinaria ya han empezado a destruir lo que la Naturaleza nos regala gratuitamente. Miedo me da cuando lleguen a Vistahermosa, al Zurguen etc etc. Y no hay manera de pararlos. Eso sí con cuatro flores que ponen en mitad de una calle peatonal se creen que todo lo arregla. Parece que las flores silvestres molestan y solo sirven las de los viveros. Estoy muy muy indignada

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  2. Estoy de acuerdo, haber si damos más ejemplo del respeto a la naturaleza. Que con 4 flores en el centro no se soluciona el destrozo que hacemos en la ciudad. Mas mano de obra y menos máquinas. Escuchemos a las personas que se preocupan por hacer las cosas bien y dejemos de derrochar el dinero de todos los ciudadanos.

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    • gracias, Anónimo por apoyar la defensa de la naturaleza. Pero mejor si escribes sin faltas de ortografía: A ver si damos más ejemplo….»

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