La presencia de auroras boreales en diferentes puntos de España durante este mes de mayo ha incrementado la curiosidad acerca de estos fenómenos astronómicos. Por ello, varios expertos en la materia han aclarado a El País las dudas y los retos que plantean a la ciencia estos sucesos, así como las previsiones para las próximas semanas y meses.
Durante la madrugada del pasado 10 de mayo pudieron verse auroras boreales en diferentes puntos de España, entre ellos, Salamanca, así como en otros países como Estados Unidos y México. Pese a que este tipo de fenómenos son inusuales en latitudes tan bajas, se deben al pico de actividad en que se encuentra el ciclo del Sol, y que ha causado una serie de erupciones solares y eyecciones de masa coronal. Por este mismo motivo, los expertos vaticinan más tormentas de este tipo, que podrían dejar nuevos episodios de auroras boreales.
Estos fenómenos astronómicos se producen debido a la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra. Además, actualmente el Sol se encuentra en su fase de máxima actividad dentro de su ciclo -que dura 11 años-, lo que da lugar a que ese viento solar sea más fuerte, pudiendo provocar “tormentas magnéticas solares”, según explica Javier Rodríguez-Pacheco, catedrático de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Alcalá.
Si bien en esta ocasión, la intensidad no fue habitual. “Es normal que tengamos tormentas solares y geomagnéticas, pero no es común ver auroras boreales como las del viernes 10 de mayo. La tormenta es una de las más grandes que se han registrado, pero no solo por su intensidad. Algunas veces el material que expulsa el Sol tiene la llave, por así decirlo, para abrir las capas más altas de la atmósfera terrestre”, aclara el astrofísico y director del Planetario de Pamplona, Javier Armentia.
Pese a todo, los expertos aclaran que, en términos generales, este tipo de fenómenos no son peligrosos. No obstante, matizan que pueden alterar las redes o estaciones eléctricas, así como las líneas de radio y telecomunicaciones. Por ello, en una sociedad como la actual, con una gran dependencia de las tecnologías espaciales, el riesgo puede aumentar. Si bien, los esfuerzos por mejorar la protección y disminuir los daños causados durante estos acontecimientos se han incrementado notablemente en los últimos años.
Finalmente, respecto a la próxima tormenta electromagnética que podría dar lugar a nuevas auroras boreales, podría suceder en cualquier momento. Sin embargo, desde el Servicio Nacional de Meteorología Espacial recuerdan que la región activa del Sol se encuentra actualmente en la cara que no se ve, por lo que estiman que la siguiente tormenta se podría produje en la primera semana de junio. Además, indican que esto podría seguir repitiéndose durante los próximos dos años.
