Jaime Prieto, Samuel Carranza, Anthony P. Pérez y Ángel F. Rugel, alumnos de 3ºC de la ESO del Calasanz, elaboran un reportaje sobre los pilares en los que se asienta la salud y los buenos hábitos de consumo
«La fuerza natural dentro de cada uno de nosotros es el mayor sanador de todos» (Hipócrates)
La salud es lo más importante en nuestra vida y debemos preocuparnos por ella, dedicándole la atención que se merece. Por eso, vamos a presentar los tres pilares sobre los que se asienta la salud. Si los tenemos en cuenta, con esfuerzo y dedicación conseguiremos una vida saludable, feliz y duradera.
Comenzaremos hablando de la alimentación. Es básica para tener y mantener una buena salud. El profesor de Educación Física de Secundaria del colegio Calasanz, David Noreña, explica que hay que intentar tener una alimentación saludable, pues esta afecta directamente a nuestra salud, tanto física como mental. «Todo lo que comemos, aparte del agua, es lo que nuestro cuerpo puede utilizar para realizar sus funciones y si no tiene los nutrientes necesarios para funcionar, el organismo no aguanta», puntualiza Noreña.
Pero además, si tiene que procesar alimentos muy difíciles de digerir, estaremos gastando más energía de la necesaria. «Lo importante es saber cuál es la manera adecuada de alimentarse y mantener una ingesta equilibrada y variada de forma constante», afirma Noreña.
La proporción óptima sería: mitad frutas y verduras, un cuarto de alimentos ricos en hidratos de carbono, como la pasta o el pan, y un cuarto alimentos ricos en proteínas, como las legumbres, frutos secos, carnes (preferiblemente que no sean rojas), huevos o lácteos.
Además, a los catorce años se deben beber al menos dos litros de agua diarios y en ningún caso tomar productos ultraprocesados, como refrescos azucarados o bollería. En el Colegio Calasanz se fomenta la alimentación saludable con actividades en las asignaturas de Educación Física, como la del desayuno saludable, que consiste en traer un desayuno saludable al colegio y tomarlo toda la clase junta, o en Biología, con proyectos sobre la alimentación.
El sueño es otro gran pilar que sostiene nuestra salud. Las horas mínimas de sueño al día, para los niños, jóvenes y adolescentes, son de ocho a diez. Lo más importante es saber a qué hora nos tenemos que ir a la cama. Normalmente, los días lectivos los niños tienen que ir al colegio o al instituto, así que para saber a qué hora nos tenemos que ir a la cama, debemos calcular cuánto tardamos en prepararnos para ir a clase y según a qué hora debamos levantarnos, restarle entre ocho y diez horas.
Así sabremos la hora para empezar a dormir. Dormir es fundamental para la salud física y mental por dos sencillas razones. Primero porque el cerebro se recupera de la actividad diaria y establece los recuerdos y la memoria. Segundo, porque los músculos se recuperan y hacen más fuertes durante el sueño, pero, además, si dormimos lo suficiente notaremos un mejora radical en nuestra actitud y mucho menos estrés. Dependiendo de nuestro horario tenemos que intentar dormir lo recomendado y no estar al límite.
Por ejemplo, el horario en el colegio Calasanz es de 8:15 a 14:15, por lo que la hora más recomendada para irse a dormir sería, aproximadamente, entre las nueve y las diez de la noche, para levantarnos más o menos a las siete de la mañana. Este asunto se trata en el colegio en el temario de Biología y en los proyectos de Educación Física.
El último pilar sería la actividad física. La Organización Mundial de la Salud recomienda a los chicos y chicas que, aproximadamente, dediquen diariamente unos noventa minutos a la actividad física intensa. Por ello, en la adolescencia, según afirma David Noreña, es esencial apuntarse a algún equipo o club deportivo o hacer deporte individualmente, en un gimnasio o en casa. Un gran mito, que los jóvenes en numerosas ocasiones utilizan como excusa, es que el ejercicio excesivo impide el crecimiento. Pero es todo lo contrario, pues con el ejercicio los músculos y huesos se fortalecen, ayudando al crecimiento. Desde el Calasanz se promueve el ejercicio a través de educación física, pero también con los «recreos activos», una actividad organizada por el colegio que consiste en una serie de torneos en diferentes deportes como pádel, frontón, baloncesto o fútbol, que fomentan la competitividad y el ejercicio.
Si fortalecemos estos tres pilares, la alimentación, el sueño y el ejercicio, estaremos entrando en un ciclo saludable, que consiste en lo siguiente: al hacer ejercicio físico rompemos nuestras fibras musculares y al pensar ejercitamos y cansamos nuestro cerebro; al comer, respirar y beber, recibimos nutrientes y agua y, por último, al dormir, nuestro cuerpo utiliza los nutrientes y agua para reparar y mejorar nuestra mente y músculos. De esta manera, cada día nuestra salud mejora. Por eso estos pilares son tan importantes, porque si un pilar falla toda la estructura cae.
En conclusión, una alimentación saludable y variada, de ocho a diez horas de sueño y entre sesenta y noventa minutos de ejercicio diario harán que nuestra salud mejore al entrar en el ciclo saludable. La salud, aun teniendo sus propios pilares, es también el pilar fundamental de nuestra vida, que debemos cuidar para ser más felices durante más años.
Por. Jaime Prieto, Samuel Carranza, Anthony P. Pérez y Ángel F. Rugel
