Atropello en el semáforo-trampa de Comuneros: “Esta muerte se podría haber evitado”

Elena, una profesora del Centro Integrado de Formación Profesional Río Tormes, moría este martes tras ser atropellada por otro profesor cuando cruzaba el paso de peatones ubicado en el número 10 de la avenida de los Comuneros, junto al parque Picasso. Tras lo ocurrido, los vecinos del barrio denuncian la peligrosidad del punto en el que se produjo el siniestro, ya que el semáforo trampa permite el paso simultáneo para coches y viandantes.

“El accidente se podía haber evitado”, “este paso de peatones es un peligro” o “o en rojo, o en verde, pero no en ámbar”. La opinión es unánime entre los vecinos de la zona donde se produjo el accidente mortal en el que un coche atropelló a la malograda profesora a la altura del número 10 de la avenida de los Comuneros, este martes por la mañana.

El atropello se produjo a las 8:55 horas de este martes, cuando una profesora del Instituto Río Tormes, de unos 50 años cruzaba el paso de peatones. En ese lugar, cuando el semáforo se pone en verde para los viandantes, permanece en rojo para los vehículos que salen de la rotonda únicamente durante escasos segundos y, tras ello, pasa a estar en ámbar, permitiendo el paso a vehículos y peatones de forma simultánea. Ante esta situación, los vecinos han denunciado la peligrosidad que supone esa circunstancia, y más aún en el punto concreto en el que se produjo el accidente.

“El semáforo, cuando está en verde para los peatones, enseguida se pone en ámbar para los coches que salen de la rotonda. Está únicamente dos o tres segundos en rojo para ellos e, inmediatamente se pone en ámbar para los coches. Entonces, casi no te da tiempo a pasar. Además, en muchos casos los coches cogen una velocidad para salir de la rotonda, que no da tiempo a nada. También en determinados momentos del día con el sol de frente no se ve bien, y todavía los que van despacio… pero los que van con velocidad, nada”, lamenta Antonio.

“Yo paso habitualmente por ese paso de peatones, tanto andando como con el coche, y he visto en varias ocasiones que es algo que podía pasar”, reconoce Álvaro. “Ya había habido más incidentes en este paso de peatones, no tan graves, lógicamente, pero sí ha habido. Y esto era algo que podía pasar”, apunta Carmen. Asimismo, desde el Café Solo, ubicado junto al lugar del siniestro, explican que, “veíamos que podía pasar algo así desde hace tiempo. Todos los días se comenta lo mismo”.

Por su parte, Emilia, insiste en que “hemos visto sustos todos los días, pero no solo en este semáforo, sino también en la misma rotonda, en el que hay junto al Túnel de la Televisión, que también se pone en ámbar cuando los peatones cruzan en verde”. Sobre ese mismo lugar, otra mujer del barrio recuerda que ella sufrió un atropello unos años atrás, en las mismas circunstancias que el de este martes. En su caso “me ‘escojonó’ la cadera, y ya para toda la vida, porque me ha dicho el médico que no me voy a recuperar del todo”.

Volviendo al suceso de este martes, Luis indica que “la mujer cruzó bien, porque estaba el semáforo en verde para ella. Pero para el coche estaba en ámbar. El problema está en que en este lugar se junta todo, por un lado el semáforo en ámbar, por otro la escasa visibilidad por el sol y también la velocidad que llevan muchos coches al salir de la rotonda”. La zona limita la velocidad a 30 km/hora, lo cual evita cualquier accidente grave, incluidos los atropellos. De hecho, la limitación genérica de 50 km/h se estableció porque era justo la que permitía salir con vida de un atropello. A partir de ahí, las posibilidades de sobrevivir eran inexistentes. “Muchas veces cuando vamos con el coche, como está en ámbar podemos pasar, pero los peatones también se pueden incorporar, y es muy fácil que se pueda producir un atropello”, agrega.

“Yo, que paso mucho por aquí con el coche, para poder saber si tienes que parar, yo no me fijo en el semáforo, ya directamente miro el muñequito si está verde o rojo para los peatones. Porque no te puedes fiar. También acompaña mucho el tema del sol, que esa hora es criminal, porque los coches que salen de la rotonda hacia la avenida de Comuneros tienen el sol de frente y si está sucio el parabrisas no se ve nada”, apunta Sara.

En cuanto a las soluciones, todos los vecinos consultados coinciden en la misma, que el semáforo no permita el paso simultáneo a coches y viandantes. “Cuanto está en verde para los peatones, para los coches tiene que estar en rojo, y punto y se acabó”, zanja Mª Ángeles. “Los peatones tienen que estar más protegidos, con más tiempo en verde para ellos, y en rojo para los coches, no en ámbar”, añade Esteban. “Cuando el semáforo se pone en verde para los peatones, tendría que estar en rojo permanente para los coches, hasta que se cerrara para los peatones, y entonces es cuando debería ponerse en verde para los coches”, repite Francisco.

De la misma manera, Ángela asegura que, “esta muerte se podría haber evitado fácilmente con algo tan sencillo como poner el semáforo en rojo para los coches cuando está en verde para el peatón”. Si bien, insiste: “La responsabilidad de lo ocurrido no deja de tenerla el Ayuntamiento, que mantiene los semáforos en ámbar para los coches cuando están en verde para los peatones”.