Los universitarios y los fiesteros en general tienen marcada en rojo la fecha del 12 de diciembre, porque Salamanca se convierte en una macrofiesta en víspera de las celebraciones navideñas.
Una no, dos, porque el evento de la Plaza Mayor, organizado por los los hosteleros y a la que el Ayuntamiento presta la Plaza Mayor, es un entrante largo y cada año más pesado que desemboca en las doce gominolas, miles de vídeos para inundar las redes sociales y reseñas en los informativos. Y poco más que eso, además de degradar el principal monumento de la ciudad. Porque minutos después de la medianoche la fiesta ha de seguirse en los bares asociados, como cualquier otra nochevieja del año.
En paralelo, el Grupo Kandhavia, el principal conglomerado de garitos nocturnos de Salamanca, ha organizado el Mega Cotillón que se ha consolidado como la oferta más atractiva para el fiestero charro, sin menoscabar nada más que el hígado propio. Es una macrofiesta cotillón con entradas desde 20 euros las primeras, (luego serán 27) con derecho a tres copas, DJ’s, artistas invitados, bonocopas (a tres euros la consumición extra),…
Cada año este festival de 5 horas reúne a 5.000 universitarios en un evento que no solo se centra en la música, sino en la experiencia de despedir el año a lo grande. La entrada incluye 3 consumiciones a precios populares para que todos puedan disfrutar plenamente durante toda la noche.
Por el Mega han pasado artistas como: Alvama ICE, Michenlo, Ballesteros, Carmen de la fuente, Barce, Robert Morr, Yasiris, Juanjo García, Enygma, Bleras, Raude, Salgado “El Español”.
4 comentarios en «La fiesta alternativa a la Nochevieja Universitaria ya está en marcha»
Turismo de borrachera made in Charriland, By Tinin SA
Que aburrimiento. Este evento ya no tiene sentido. Turismo de borrachera y drogas es lo que impulsa esta ciudad, más luego toda la gentuza que viene esa noche de fuera a robar a los desprevenidos. Buena suerte a los barrenderos quitando toda la mierda que dejan tirada por todos los sitios.
..Mientras, el Ayuntamiento mirando a las musarañas y pagando la mierda que dejan sus amigos los hosteleros. Lo justo sería que todo lo que ensucian sus clientes, lo pagaran ellos de sus bolsillos. Mis impuestos no están para pagar borracheras y engordar «tinitaberneros».
Promoción de borracheras y meadas a discreción. Una ciudad culta que promociona el atracón de alcohol que atonta la inteligencia. Todo muy propio de gestores hosteleros de mira corta. Eso sí el bolsillo lleno para reírse de todas nosotras. Qué pena de ciudadanía anestesiada.