Más allá de modas disparatadas con que quieren embaucarnos, la libertad no se construye a golpe de motosierra sino con leyes.
Por ejemplo, las leyes que impiden que los opiáceos se vendan como golosinas para enriquecer a una corporación. O que impiden construir en sitios peligrosos sujetos al riesgo de una riada.
¿Y esto por qué?
Porque vivimos en sociedad, dependientes e interactuando unos con otros para cosas y necesidades fundamentales.
Las leyes que facilitan todo esto son la base del Estado. Por eso Europa ha sido identificada y envidiada durante muchas décadas como la civilización del Estado protector, del Estado del bienestar, del Estado de derecho, del Estado social y democrático.
Es sabido que Europa tiene mucho que ver con la génesis de los derechos humanos. Todo lo cual es posible porque un Estado protector es también un Estado regulador, que establece derechos y obligaciones orientadas al bien común.
El análisis del desastre de Valencia permite varios enfoques:
Uno, desde el punto de vista de los fenómenos naturales. En este caso y por el nivel de destrucción ocasionado, solo puede calificarse de fenómeno extraordinario. Y a partir de ahí reflexionar sobre su relación con el cambio climático.
Pero también es posible el enfoque desde el punto de vista de los fenómenos ideológicos, porque en torno a este desastre se ha producido una intensa polémica ideológica, que tiene que ver con las leyes de construcción, con la vivienda, con las leyes laborales de seguridad en el trabajo, con las leyes de cuidado del medio ambiente, con las regulaciones y dispositivos de alarma y emergencias, con la supeditación de la vida a los negocios (o al revés, que sería lo correcto)…
Y es que antes y después del desastre, ha habido todo un despliegue de frases, reflexiones y acciones, inspiradas por el «libertarismo de motosierra», que quizás sea el término más útil para identificar este monstruo ideológico surgido directamente de la selva.
La motosierra es por tanto un símbolo muy potente que nos ha facilitado Milei para que no nos engañemos sobre la monstruosidad y violencia de su propuesta ideológica.
Y el PP de Feijóo, Ayuso, y Mazón, que siguiendo a VOX ha comprado ese discurso extremista, ha dejado constancia de ello en acciones y frases muy llamativas.
Ya teníamos un antecedente claro en la frase de Ayuso, llena de violencia, en relación con las víctimas de COVID en las residencias de ancianos: «Iban a morirse de todas formas».
Pero luego hemos tenido las reflexiones delirantes de Nuria Montes, consejera de Mazón, afirmando que el cambio climático es una oportunidad inmejorable para hacer negocios, de manera que así visto puede ser una «estrategia» no impedir ese cambio y sus consecuencias.
Y tenemos también como antecedente casi inmediato del desastre otra decisión «libertaria» de Mazón suprimiendo un servicio esencial de emergencias y trasvasando ese dinero al mundo del toreo. La motosierra en acción.
Pero es que también, con una antelación de meses al desastre que ahora ha ocurrido y en relación con otra DANA de menor mortandad, un ideólogo ‘libertario» ya había interpretado el aviso en los teléfonos móviles para alertar de una emergencia grave, como una intromisión del Estado en la vida privada, o sea como un pitido «orwelliano». Pobre Orwell falsificado.
Esperemos que ahora y por respeto no salga algún «libertario» delirante diciendo que los fallecidos durante esta DANA iban a ahogarse de todas formas.
Como ven, no solo hay fenómenos naturales con sus consecuencias, determinados o no, en mayor o menor medida por el cambio climático, siendo mayoría los expertos que ven en estos fenómenos, que baten récords, la influencia de ese cambio.
También hay, y su peso es cada vez mayor, fenómenos ideológicos que multiplican el desastre e incrementan la mortandad. Por eso la motosierra es un símbolo útil. Permite que no nos llevemos a engaño ni digamos que no fuimos advertidos incluso por los propios coautores del desastre.
