Asaja Salamanca pide a la Junta de Castilla y León que tenga en consideración las peculiaridades que tiene el modelo de aprovechamiento de pastos de la dehesa salmantina ante la posible eliminación de hectáreas de pastos como consecuencia de la mejora en el coeficiente de admisibilidad de pastos.
La organización profesional entiende que la defensa del modelo de la dehesa debe imperar sobre los fríos datos arrojados por los satélites.
La presencia de masas arboladas, generalmente encinas o robles, en la provincia de Salamanca constituyen una fuente de recursos naturales aprovechables por el ganado durante el pastoreo.
En algunos casos, esas encinas son centenarias cuyas copas alcanzan elevadas dimensiones, lo que no impide el aprovechamiento del pasto que nace bajo esas ramas por parte de vacas, ovejas o cerdos, al contrario, crea un pasto alrededor de estos árboles que es muy apreciado por el ganado.
Al mismo tiempo, Asaja indica que «si queremos garantizar el futuro de la dehesa como ecosistema natural, no se puede castigar al ganadero que posee núcleos de árboles jóvenes, generalmente con una mayor densidad por hectárea. Eliminar esas hectáreas mediante un coeficiente de admisibilidad equivale a una invitación a la eliminación dichos encinos para clarear las explotaciones».
Cobertura de suelo
El Coeficiente de Admisibilidad de Pastos (CAP) “simplificado” se aplica desde la campaña 2013 a los recintos SIGPAC con usos de pastos -PR, PS y PA-, y se basa en factores como la cobertura del suelo y la pendiente, al considerar que condicionan el pastoreo. «En Castilla y León solo se ha utilizado el factor pendiente lo que ha hecho casi inapreciable el efecto de este coeficiente de admisibilidad en los 2013 y 2014», recuerda Asaja.
Ahora el Ministerio quiere utilizar la información que facilitan los satélites Deimos y RapidEye, para cambiar el Coeficiente de Admisibilidad de Pastos utilizando un Factor Suelo, que valora la actividad fotosintética; un Factor Pendiente; y un Factor Vegetación, califica la densidad y altura de la vegetación.
En la actualidad el SIGPAC ya descuenta terrenos improductivos, caminos, charcas y edificios. Ahora, y mediante el uso de estos complicados trabajos de teledetección y digitalización, que llegan hasta el detalle de pixelar el terreno de las explotaciones ganaderas a un tamaño de 5 m x 5 m, el Ministerio pretende definir la superficie de pastos con tal precesión que pone en peligro la realidad de la dehesa salmantina.
Importes elevados
La eliminación de esos terrenos puede provocar que los ganaderos dispongan de derechos de pago básico con importes elevados, que a la larga pueden traducirse en pérdidas por el proceso de convergencia iniciado con la Reforma de la PAC 2014-2020.
Por ese motivo, Asaja Salamanca pide a las distintas administraciones «que se busquen mecanismos adecuados que contribuyan a evitar esa situación y que los coeficientes de admisibilidad de pastos se ajusten a la realidad del campo y, sobre todo, de la dehesa salmantina, un ecosistema único que Europa no comprende pese a su alto valor medioambiental».