Opinión

‘Cónclave’

Ralph Fiennes protagoniza 'Cónclave'.

Cónclave es una película de 2024 del director Edward Berger, y es una película que atrae y absorbe, tanto por su estética como por su densa trama.

Y el poder por medio, porque el Vaticano, más allá de una institución religiosa es en igual o superior medida, una institución de poder. De poder religioso, desde luego (con origen en un maestro rabino que despreciaba el poder y el dinero), pero también de poder político y económico, muy alejado ya de aquel primigenio y humilde portal de Belén, que fue hospedaje precario de una familia migrante y refugiada.

A partir del injerto del cristianismo en el poder imperial romano, todo cambia, en gran medida para peor en cuanto supone de distorsión y falsificación del mensaje original. Y es lástima, porque cuando algunos se refieren a las raíces de Europa, se refieren no a la semilla primera ni a la planta original, sino a ese injerto contra natura.

Y luego, claro está, el sorprendente final de esta película. Quizás no tan sorprendente si nos fijamos en las repetidas alusiones a lo largo de la cinta
(larvadas eso sí, pero que no pasan desapercibidas) a un machismo institucional y a un patriarcado prepotente en el seno de esa institución, muy poco acorde con los tiempos actuales y con la realidad presente. Y muy poco acorde también con el presunto carácter y objetivo espiritual de la iglesia.

Vemos durante el desarrollo de esta historia a las mujeres desempeñar, sobre todo, el papel de criadas, o de siervas (en más de un sentido), al servicio de los señores de la Iglesia. Probablemente todo ello contribuye a que el final de la película resulte no solo sorprendente, sino aleccionador.
En la medida en que aquella servidumbre femenina nos resulta normal o normalizada, el final de esta historia nos resulta sorprendente.

De ahí esa mirada reflexiva del Decano Lawrence, al final de la cinta, cuando ya todo ha acabado (o empezado), desde la ventana de sus estancias superiores, contemplando a las mujeres que atraviesan el patio.

Pero si hubiera que resumir de alguna forma de qué va esta película, su hilo conductor y su relación con los tiempos presentes, digamos que toda ella se desenvuelve sobre la dialéctica «tolerancia versus intolerancia», en una institución cuya línea histórica ha estado presidida y marcada precisamente por la intolerancia. Y al final triunfa la tolerancia y la profecía de un papado femenino.

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