La Junta de Castilla y León descarta intervenir en la consolidación de la estructura del castillo de Tejeda, “a pesar de su estado de abandono” y de que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), ubicado en la localidad de Tejeda y Segoyuela. Así lo ha confirmado a través de la respuesta realizada a Unión del Pueblo Leonés (UPL), que había formulado en las Cortes regionales una petición para su conservación, algo en lo que lleva insistiendo desde hace años.
La Junta argumenta que el gobierno autonómico no es el propietario del bien, y que son “los propietarios y demás titulares de derechos sobre los bienes integrantes del patrimonio cultural” quienes estarían “obligados a conservarlos, custodiarlos y protegerlos debidamente para asegurar su integridad y evitar su pérdida, destrucción o deterioro”.
Asimismo, apunta que “las entidades locales son también responsables de proteger y promover la conservación y el conocimiento de los bienes integrantes del patrimonio cultural que se ubiquen en su ámbito territorial”. A este respecto, explica que “no consta ninguna solicitud” del Ayuntamiento de la localidad relativa al castillo y enmarcada en las “líneas de subvenciones destinadas a particulares y a entidades locales” que la Junta convoca.
UPL considera que el Gobierno regional está haciendo “dejación de funciones”, y recuerda que el Gobierno autonómico tiene ”competencias en materia de patrimonio” que le permitirían actuar legalmente sobre el BIC, “ya sea a través de un acuerdo con los propietarios o de forma subsidiaria, para garantizar su integridad y evitar su destrucción o deterioro”.
“Un municipio como Tejeda y Segoyuela, al no llegar a cien habitantes, posee unos recursos económicos extremadamente limitados”, advierten los leonesistas, quienes consideran inviable que el Ayuntamiento pueda hacerse cargo de la intervención.
En cuanto al monumento, el castillo de Tejeda fue construido en 1453 por el Señor de Tejeda, Fernando de Tejeda, que buscaba con esta fortaleza consolidar su poder señorial sobre la villa y su entorno. Su elemento más característico es la torre del homenaje, que perdió en el último siglo la mitad de su estructura por derrumbe, y que formaba parte del recinto amurallado que perimetraba la fortaleza. Algunos de los elementos aún se conservan en buena parte, pese a su “estado de abandono y ruina progresiva”, según detalla UPL.
