La Audiencia Provincial de Salamanca ha condenado a un hombre a un año de prisión como responsable de un delito continuado de agresión sexual a una menor, amiga suya, a quien realizó tocamientos no consentidos en varias ocasiones. Asimismo, le obliga, además, a indemnizar con 6.000 euros a la joven por daños morales, cantidad que ya satisfizo, y le prohíbe aproximarse a menos de 200 metros y comunicarse con ella durante un periodo de dos años.
Según recoge la sentencia, consultada por Ical, los hechos ocurrieron a lo largo del año 2021, cuando el condenado, de 19 años, mantuvo una relación de amistad con la víctima, que entonces contaba con 15, circunstancia que el joven conocía perfectamente, a pesar de estar diagnosticado de un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y un trastorno ansioso-depresivo. Durante alguno de los encuentros que ambos mantuvieron en el seno de dicha relación de amistad, el joven aprovechó para realizar a la menor diversos tocamientos de naturaleza sexual sin su consentimiento.
Así, en fecha no concretada del verano de 2021, el varón se dirigió al domicilio de la menor con la intención de dar un paseo juntos. Una vez en la calle, el joven, tras introducir su mano por debajo de la ropa de la menor, le realizó tocamientos, durante unos segundos, en sus partes íntimas y en las nalgas.
Días después de estos hechos, el acusado acudió nuevamente al domicilio de la menor, y le insistió, en esta ocasión, en que fueran a su casa a ver una película. Cuando ambos se encontraban en el salón del domicilio del joven, éste comenzó a abrazarla, y en un momento dado, introdujo su mano por debajo del pantalón de la menor, tocándole las nalgas y sus partes íntimas. Fueron tocamientos que la menor refiere como “rápidos” y “por encima de sus partes”.
Al día siguiente, mientras estaban de paseo por el pueblo, el ahora condenado, “movido por idéntico ánimo libidinoso”, le tocó en la zona vaginal, en esta ocasión por encima de la ropa. Finalmente, días después de estos hechos, cuando ambos se encontraban paseando, el acusado realizó tocamientos muy rápidos en los pechos de la menor.
Durante la exploración forense no se observaron signos ni síntomas de patología psiquiátrica aguda ni de intoxicación aguda o abstinencia de consumo a sustancias tóxicas. La patología que padece el menor, según la sentencia, no le impide comprender ni conocer las normas básicas, pero por su trastorno de TDH y dado el carácter explosivo y rápido en que se desarrollaron los hechos, la sala reconoce que sus capacidades volitivas se hallaban “levemente afectadas”.
