Una, la de La Alamedilla, cerrada y en obras durante dos años, otra, la de San José, reformada, troceada y con playa resbaladiza, y todos los demás usuarios de las piscinas, a la de Garrido, que es la que permanece en pie, de momento, masificada y con un mantenimiento muy cuestionado por los usuarios.
En este contexto el Ayuntamiento saca pecho, presume de la calidad del servicio que presta y reitera que la empresa que lo ha llevado a sus peores cotas de aceptación seguirá explotándolo al menos durante nueve meses más, que es la prórroga que se puede dar al contrato que expiró el 31 de diciembre.
«El Ayuntamiento de Salamanca garantiza la prestación del servicio en las piscinas municipales de la ciudad con toda normalidad, preservando, de este modo, los derechos de los usuarios y trabajadores», dice. El pleno municipal de este viernes, en sesión ordinaria, aprobará que la actual empresa concesionaria continúe realizando dicho servicio hasta licitación del nuevo contrato.
Señala que «la red de piscinas municipales, una de las mejor valoradas de la región en cuanto a número de instalaciones y calidad del servicio, cuenta con una media de 20.000 usuarios mensuales, entre los abonados al servicio, las entradas puntuales y cursillistas, siendo el servicio deportivo uno de los más demandados por la población salmantina».
En cuanto al personal, dicho contrato con la empresa concesionaria contempla 140 trabajadores entre profesionales técnico deportivo, administrativo, limpieza y mantenimiento «con el objetivo de atender las necesidades de los usuarios, incluyendo las de las piscinas de la temporada de verano; estas últimas registraron un total de 315.999 bañistas en 2024», agrega.