La Plaza Mayor albergó este jueves una concentración con motivo de la muerte de Belén Cortés, la educadora social de Badajoz asesinada por tres menores a los que cuidaba en un piso tutelado. No solo para honrar su memoria, sino para dar la voz de alerta.
Se trata de denunciar las pésimas condiciones laborales del sector, porque los educadores afirman que «nos enfrentamos a situaciones cada vez más críticas y violentas en nuestro trabajo de intervención social, sin protección ni seguridad».
Por eso piden la dignificación de las profesiones sociales, más personal, mejores condiciones laborales y más recursos.
La Facultad de Educación de la Universidad de Salamanca, por su parte, guardó por la mañana un minuto de silencio por Belén Cortés. Al homenaje, organizado por la Delegación de Estudiantes del centro, ha acudido el vicerrector de Investigación, José Miguel Mateos Roco.
Decenas de personas han querido mostrar su rechazo por el crimen perpetrado por tres menores de edad, así como expresar su solidaridad con la familia, amigos y seres queridos de la fallecida.
