El padre Eusebio Gómez Navarro presentó su nuevo libro ¡Qué bueno es Dios! una obra que invita a la reflexión sobre la presencia y la acción de Dios en nuestras vidas. En un mundo donde a menudo se cuestiona la existencia del mal y el sufrimiento, este libro busca ser un faro de esperanza y una invitación a experimentar la bondad divina.
Padre Eusebio, ¿qué le motivó a escribir este libro?
La necesidad de hablar de Dios en un mundo que parece haberlo olvidado. Como decía el cardenal Suhard: ‘La razón profunda por la que queremos hablaros de Dios es que no se habla ya de él’. Es urgente redescubrir la presencia de Dios en nuestras vidas y experimentar su amor y su bondad.
El título ¡Qué bueno es Dios! parece una afirmación sencilla, pero ¿cómo podemos reconciliar esta idea con el sufrimiento que vemos en el mundo?
Esta es una pregunta que ha atormentado a la humanidad durante siglos. Epicuro ya planteaba la paradoja del mal: si Dios es bueno y todopoderoso, ¿por qué permite el sufrimiento? No tengo respuestas fáciles, pero creo que el libro ofrece algunas claves para comprender que la bondad de Dios no significa ausencia de dolor, sino presencia y compañía en medio del dolor.
En el libro, usted menciona la importancia de la oración como un espacio para «gustar y ver» la bondad de Dios. ¿Cómo podemos cultivar esta experiencia en nuestra vida cotidiana?
La oración no es solo una lista de peticiones, sino un encuentro personal con Dios. Es abrir el corazón, escuchar su voz y dejarse guiar por su Espíritu. Para cultivar esta experiencia, es importante dedicar tiempo a la oración, buscar momentos de silencio y aprender a contemplar la presencia de Dios en las pequeñas cosas de la vida.
Usted también hace referencia a la importancia del perdón. ¿Por qué es tan fundamental el perdón en nuestra relación con Dios y con los demás?
El perdón es un don de Dios que nos libera del peso del rencor y la venganza. Como dice el libro, «ojo por ojo y todos ciegos». El perdón nos permite sanar heridas, restaurar relaciones y construir un mundo más justo y fraterno.
En un mundo lleno de incertidumbre y desafíos, ¿qué mensaje de esperanza quiere transmitir con este libro?
Que Dios está presente en nuestras vidas, incluso en los momentos más difíciles. Como dice Romanos 8,28: «Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman». Dios nos ama incondicionalmente y siempre está dispuesto a echarnos una mano.
¿A qué tipo de público va dirigido este libro?
Este libro va dirigido a todas las personas que buscan respuestas a las grandes preguntas de la vida, a aquellos que desean profundizar en su relación con Dios y a quienes necesitan un mensaje de esperanza y consuelo.
Por. Miguel García
