Conoce a fondo el día a día en el país europeo, desde donde llegó hace unos 7 meses y, ahora, es voluntaria en la ONG Salamanca Acoge. Aquí, vive en una habitación “realquilada”, sin “derecho a nada”, pero con el sueño de montar su propia empresa.
P.- Llegó en septiembre a Salamanca, pero antes había recorrido mucho mundo…
R.- He estado 4 años en Suiza y 7 en Alemania. Y con 20 años también estuve en Inglaterra. España nunca ha estado bien, incluso cuando decían que sí lo estaba. La crisis hacía tiempo que había llegado, pero todo el mundo callaba. Y eso fue lo que me hizo marcharme en los años 80. En realidad, me fui por trabajo. Me casé con un extranjero y me fui a Alemania a trabajar. Él es ingeniero de compañías aéreas, por eso he viajado tanto. Además, también fui azafata.
R.- ¿No veía futuro en Canarias?
R.- España pensaba que el turismo alemán que vino en los años 70 y 80 se quedaría toda la vida, que podríamos vivir de ello. Pero, en gran parte, eso fue una huida de alemanes de ideología nazi, que eran quienes tenían dinero. Se pensó que ese turismo lo íbamos a tener toda la vida, y se empezó a construir. Pronto la construcción cayó y todo se vino abajo, porque entre esos turistas había muchas personas que habían venido para esconderse, y poco a poco eso se fue descubriendo.
[pull_quote_right]A España no llega toda la información real sobre la UE, sólo la que interesa que llegue. ¿Se ha dado cuenta de que muchos periódicos vienen ahora con menos páginas? Eso es porque no se puede decir todo lo que hay[/pull_quote_right]
P.- ¿Cambió su visión esa nueva vida en el extranjero?
R.- España debe dinero a la UE desde hace muchos años. A España no había llegado esa información, pero los que habíamos salido lo sabíamos. Allí me enteré de muchas cosas. Yo vivía en Frankfurt, y cuando se firmó la creación del euro, se engañó un poco al pueblo español. Había muchos datos que nunca llegaban aquí. A España no llega toda la información real sobre la UE, sólo la que interesa que llegue. ¿Se ha dado cuenta de que muchos periódicos vienen ahora con menos páginas? Eso es porque no se puede decir todo lo que hay.
R.- ¿Cómo era su día a día?
R.- El Alemania fue genial. Desde que llegué, hubo integración, algo que aquí no hay. Para mí integración significa conocer el lugar en el que voy a vivir, su cultura, su idioma y cómo se funciona allí. Allí este proceso dura ente 3 y 4 meses. El pasaporte no se consigue porque te cases con un alemán, sino cuando llevas años allí, conoces su cultura y sabes perfectamente el idioma. Es necesario que te integres de verdad.
Corrupción ciudadana
P.- Y, cuando vuelve a España y se establece en Salamanca, ¿qué se encuentra?
R.- Hablamos siempre de la corrupción del Estado, pero también está presente en el ciudadano medio. Por ejemplo, muchas personas alquilan una vivienda a extranjeros que llevan mucho tiempo aquí, y estos mismos inquilinos realquilan las habitaciones.
P.- ¿Es esta su situación? ¿Vive en una habitación realquilada?
R.- Sí, yo estoy así, no tengo empadronamiento y no tengo derecho a nada. Está claro que la corrupción empieza por el más bajo, y siempre le echamos la culpa al más alto. Hay demasiadas cosas aquí que no son legales y que tampoco están investigadas.
Oriana Galindo, terapeuta familiar.Sin ayudas y con otras ideas
P.- ¿Cómo es aquí su vida?
R.- Soy voluntaria de Salamanca Acoge y también tengo relación con Cáritas, pero ahora mismo no tengo trabajo y no me dan ninguna ayuda porque vivo en una habitación y no lo puedo justificar. Tengo una hija alemana de 16 años y las dos venimos con una ideas totalmente diferentes a las de aquí. Dicen que los españoles tenemos sitios específicos para poder pedir una ayuda, pero yo eso no lo he visto.
P.- ¿No cobra ninguna prestación?
R.- Para poder cobrar la RAI, como tengo 44 años, tengo que esperar un año más, porque se cobra a los 45. ¿Es que con 45 años no como? Ahora mismo estoy viviendo con lo que me pasa mi exmarido. Ni siquiera puedo alquilar una casa de 300 euros porque me piden una nómina, y yo no tengo. Cuando a mucha gente de fuera no le piden contrato, y yo lo sé. No entiendo cómo funciona esto.
P.- ¿Qué supone todo este cambio para su hija?
R.- Los estudios son totalmente diferentes. Ella habla cuatro idiomas y trae un nivel de estudios más alto. Está en uno de los centros que, dicen, es de los mejores de Salamanca. Pero le ha costado bastante la integración y se ha visto como extranjera. Y así me he visto yo: más que los propios extranjeros aquí.
Un despacho propio
P.- ¿Cómo se plantea el futuro?
R.- Pues ahora vivo al día, pero quiero abrir aquí mi propio despacho como terapeuta familiar de casos difíciles. He estado trabajando en centros de toxicómanos en Alemania y tengo una muy buena preparación.
P.- ¿Qué situación se está viviendo ahora en Canarias?
R.- En Canarias ahora hay mucha necesidad y no vemos apoyo. Nunca lo vimos. Igual que tampoco vimos el dinero cuando funcionaba el turismo del que antes hablábamos. Nosotros sólo trabajábamos y nunca vimos ese dinero. Ahora allí la gente sobrevive. Pero mi gente es diferente.
P.- ¿Por qué?
R.- Porque siempre nos hemos tenido que buscar la vida solos, así que quizá ya estemos acostumbrados.
[pull_quote_left]Los españoles damos demasiada importancia a tener un título, y muchos van a Alemania para trabajar de lo suyo. Eso no es tan fácil, y lo sé por varios familiares. Allí tienes que ganarte tu puesto. Y también hay que superar el proceso de integración[/pull_quote_left]
P.- ¿Cree que Alemania es un buen destino para los españoles?
R.- No, ahora mismo no lo es porque, tanto Alemania como Suiza, están cerrando las puertas a los españoles porque en realidad no están preparados para trabajar en estos países. Los españoles damos demasiada importancia a tener un título, y muchos van a Alemania para trabajar de lo suyo. Eso no es tan fácil, y lo sé por varios familiares. Allí tienes que ganarte tu puesto. Y también hay que superar el proceso de integración. Porque los alemanes cuidan mucho la cultura de su país, no como los españoles. Aquí hemos perdido muchas costumbres, y no somos capaces de conseguir que los que vienen de fuera se integren.
P.- Y su corazón, ¿de qué nacionalidad es?
R.- Soy canaria, pero no me considero española, porque nunca me han dejado ese lugar. Antes que española, me considero alemana, porque ese país sí me ha dado mi sitio como persona.