[dropcap]A[/dropcap]nsiedad, angustia, depresión…
¡Sí! Hoy me encuentro fatal… Deprimido… No tengo ganas de nada, ni de ver a nadie. Para colmo el día amaneció nublado y no parece que vaya a levantar… ¡Como yo!. Hasta físicamente estoy mal, con molestias de estómago, como si tuviese hambre…
¡Hambre! Sí, pero… ¿de qué? ¿Es que se puede arreglar algo, si no hago nada?
¡Dormir! ¿Está en el dormir la solución a mis pensamientos negativos? ¡Puede que sí! Pero no puedo hacerlo; he de estar despierto para cumplir con mi sagrada obligación. ¡Mucho me cuesta, pero he de hacerlo! ¡Nadie puede por mí!
¿Dónde está la causa de este estado de ansiedad que me domina? ¡Bien que lo sé! Y a ello se suma el comprobar cómo el mundo que amé se va hundiendo. Aquellos valores que motivaron mi juventud ¿qué fue de ellos? ¿Qué subsiste, si parece que haberlos vivido y sentido es hoy como un delito? Aquellos hechos y ejemplos que fueron mi guía y de los que me sentía orgulloso ¡han desaparecido y no los recuerda nadie!
Y las personas con las que compartí alegrías, sueños y esperanzas ¿donde están? ¿Son sólo sombras tenues, que el viento difumina? ¿Vivieron realmente o son ensoñaciones mías…?
Pues… ¿y aquello que construí con tanto esfuerzo? ¿Qué será de ello, sin mí?
Todo esto pasa por mi cerebro y me cansa, me causa dolor. La incertidumbre… ¡qué mala es!
¡Ver que ella está peor! ¡Pero si ya sabía que iba a ser así! Bueno ¿y qué? ¡Uno es de carne, huesos y sangre, y tengo sentimientos y nervios!
¡Nervios! Están sobreexcitados. Lo sé. ¿Hay remedio? ¡Pues claro que lo hay, dicen! Hay determinados fármacos para cada caso, pero no me fío de ellos. Comprendo a los que se dan a la bebida o a estos fármacos, de los que luego no pueden prescindir ¡Error fatal!
Pero si de lo que se trata es descansar, dormir… No puedo hacerlo. Ya lo dije antes.
¡Si estuviese solo! Pero no lo estoy, ni quiero estarlo… Me lo imagino, estar solo, y estoy convencido de que entonces sí que sabría lo que es una depresión de verdad, ¡que lo de ahora no es nada! ¡Aprieta los dientes, y aguanta!
Me vienen al pensamiento aquellos amigos que antes que yo sufrieron este mal y me dieron el ejemplo de entereza y valor infinitos, de AMOR sin pedir nada a cambio, de entrega absoluta al ser querido. ¡Que se les fue!: Ambrosio, Santiago, Jesús…
Yo no he llegado a ese trance. Y muchas veces me he preguntado si estoy preparado para sufrirlo. ¿Cómo reaccionaré?
Pero volviendo a como me encuentro hoy os confieso que no es esta la primera vez que me siento así. ¿Cómo lo pasé otras veces? En cierta ocasión una voz amiga, por teléfono, que sabía mi estado de ánimo, me lo levantó con su aliento. Otras veces deje pasar el tiempo cumpliendo con mi deber.
¿Cuánto tardaré en levantarme de nuevo?
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![El Despertar. (Grabado de Emiliano Jiménez, 1998)](https://lacronicadesalamanca.com/wp-content/uploads/2015/02/IMG-300x198.jpg)
(…) Ya pasó. ¿Qué cómo? No hay nada como conocerse y saber que los pensamientos negativos son pasajeros. Lo que ocurre es que, sabiéndolo, hay que ayudarles a que se vayan. Hay técnicas de relajación muscular que pueden servir.
Imaginaos, por ejemplo, que estáis en un estado de ansiedad por las causas que sean. Vais andando por la calle dándole vueltas y más vueltas al problema. De pronto os acordáis de mí, quiero decir de esto que os estoy escribiendo. Seguid este consejo: relajad los músculos del cuello y de los hombros, como si dejaseis caer los brazos, y respirad despacio, inspirando y expirando tranquilamente…
¡Veréis como los problemas que os acuciaban tanto, parece como que se pueden resolver más fácilmente!
¡APROVECHAD LO QUE OS DIGO!
¡De nada!
12 comentarios en «Ansiedad»
Mucho animo. Tu tienes mucho amor para seguir dando. Respira despacio ..
Tu puedes…
Gracias, Amparo. Esta ocurrencia la escribí hace algún tiempo. Sabía que la crisis pasaría, como así ocurrió. Y redacté la segunda parte para animar a los que sufren lo que yo sufrí. ¡Ojalá que la crisis que sufre el país se arreglase respirando!
Un abrazo muy fuerte, Amparo.
Sonríe y da amor,todo pasa…ánimo yo sé mucho de eso…El amor tiene sólidas raices ,el viento y la locura del pensamiento ,no te derrumbarán…Un abrazo..Azucena
Gracias, Azucena. Lo que dices es la pura verdad. Habiendo amor, todo lo demás sobra. ¡Algo bueno tenía que tener esta terrible enfermedad de Alzheimer: el que cuida se entrega como nadie, sea esposo, hijo, esposa, hija, pariente o cuidadora! El enfermo vive rodeado de AMOR.
Un abrazo muy fuerte, Azucena
Mi padre solía decir «Siempre que ha llovido ha escampao». Ánimo.
Muchas gracias, Domi. Tu padre tenía razón. Mis padres también lo decían siempre que nos veían apurados. Ellos ya no están. Pero me quedan los entrañables amigos para recordármelo cuando yo lo olvido…
Un fuerte abrazo, Dami
En nuestros desvelos está nuestra fuerza; en nuestros compromisos, nuestra voluntad. Y siempre escucharemos voces amigas responder con aliento, como ves. Tambien otros necesitamos escucharte y disfrutamos leyendote.. Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Adolfo. Tu voz es una luz alentadora en la continuidad del quehacer cotidiano. La vida es esperanza. Sin ella ¿qué nos queda? Como las brasas de un fuego, los amigos vivificáis la llama que se mantiene en nuestra alma, aunque sólo queden rescoldos.
Un fuerte abrazo, Adolfo
Un abrazo muy cálido Emiliamo.
De humanos es sentirse con ese bajón,como también es de luchadores volver a remontar.Y como bien dices, no estás solo.Las personas que como tú dan tanto amor, también lo reciben.
Y hoy por hoy os teneis el uno al otro.Vive el momento.Bss
Gracias, querida amiga. ¡Qué grande es la amistad! Por algo tiene la misma raíz que AMOR. Estoy convencido de que son los sentimientos más HUMANOS, es decir DEL HOMO ¡Lo tienen hasta los malos, malísimos, y ello les hace no ser tan malos. Pero estoy divagando. Estate tranquila, amiga, que ya me levante…
Un abrazo del alma, AMIGA
Emiliano, si pudiera aguantaría toda tu carga aunque sólo fuera por un día, para rebajar tu pena. Por desgracia cada uno llevamos nuestra mochila cargada. Pero sí quiero darte mi mano para sujetar la tuya y seguir caminando, si puedo escucharte para sacar tu tristeza y sí te doy la mejor de mis sonrisas, como esa que tanto te gusta ¡LA DEL COCODRILO! seguro que en este instante has esbozado una.
No estás solo en este viaje y lo sabes. Gracias por abrir tu corazón y dejar que fluyan los sentimientos que tanto ayuda.
Un beso
Querida Nati: Siempre, siempre eres como un bálsamo, con tus palabras, con tus hechos, con tu forma de ser, con tu ejemplo. ¡Cuántas veces, en mis noches de pensar, me acordaba de ti, de lo mal que lo pasabas tú, con tu dolor físico constante, y me decía «pero si esto no es nada, mañana, o pasado, habrá pasado. Acuérdate de Nati con sus ganas de estar siempre guapa, con su dolor por dentro, pero siempre con la sonrisa en los labios y EN LOS OJOS (aquí es donde nos diferenciamos de los cocodrilos)».
Gracias. Gracias por todo, querida Nati.