José Fernando Luengo se estrena como secretario general de CCOO en este Primero de Mayo. Cree que tiene un buen discurso, porque es sindicalista desde muy joven y lo vive. No rehúye ninguna cuestión que se le plantea, ni siquiera el de las gambas, porque apuesta por el diálogo, el entendimiento y la conciliación.
Lleva un mes como secretario general de CCOO. ¿Qué tal lo han recibido?
He sido muy bien recibido. En el sindicato, El personal que tenemos, que lleva muchos años, hicieron que diera el paso para que asumiera la decisión de presentarme a la secretaria general. Por ello, me encuentro muy satisfecho en mi puesto, porque tengo su respaldo. En el exterior, también. He ido a congresos y a reuniones con patronales y siempre he encontrado buena disponibilidad por las partes. Lo que van a encontrar en mí es una persona dialogante, coherencia… podemos discutir, hablar largo y tendido, pero siempre con ganas de llegar a consensos, acuerdos.
Es decir, el que tiene una reunión con usted, se va con un apretón de manos.
Sí. Si en esa reunión no hemos llegado a un acuerdo, al menos tendremos un preacuerdo y después formalizaríamos las cosas. Me gusta hablar, aclarar las cosas, conciliar… acabar en los juzgados es una pérdida de tiempo y de dinero para todas las personas trabajadoras, con lo cual, si podemos llegar a un acuerdo en lo laboral, antes de llegar a un pleito, yo soy la persona.

Como dice el dicho: mejor un mal acuerdo que un buen pleito.
Es así. Los sindicalistas filtramos las cosas del día a día para que a la asesoría jurídica le llegue lo mínimo, solo lo que está enquistado o problemas ya muy gordos.
Es de La Alberca…
Sí.
Por la zona hay un refrán. Dale un burro a un serrano y se hará rico. ¿Cómo conjuga el emprendimiento que hay por la sierra con ser sindicalista?
Vengo de una familia trabajadora. Mis padres emigraron primero a Francia y luego al País Vasco donde hemos estado durante muchos años. Mis primeros 17 años de vida los pasé allí. Quizá el sindicalismo me viene de lo que viví allí. Había grandes manifestaciones estudiantiles. Me cogió joven, pero hizo una base en mí y eso motivó que quisiera saber, aprender y vivir el sindicalismo, porque fui consciente de las grandes huelgas del metal, porque mis padres y mis hermanos trabajaban en ese sector.
¿Altos hornos?
No. Era una empresa muy grande de material de oficina. Estuvieron mi padre y cuatro hermanos míos muchísimos años. Somos una familia grande, ocho hermanos. Luego llegó el declive, porque eran materiales de oficina tan buenos y duraban tanto, que no vendían. (Risas) Mi padre tuvo una salida pactada, acordada, una prejubilación y volvimos a vivir a La Alberca. Ya en Salamanca concluí mis estudios. Llevo en la provincia de Salamanca desde los 17 años.
Los sindicatos en el País Vasco fueron y son muy reivindicativos, con mucha fuerza. Salamanca es mucho más templada. ¿Cómo los convencería de la labor que pueden hacer los sindicatos no solo por los trabajadores, también por la sociedad?
El sindicato es una herramienta de los trabajadores. Nos tienen que utilizar. Nosotros por nosotros mismos no somos nadie sin ellos. Lo que pido es que tengan confianza en el sindicato. Nosotros hacemos lo que ellos nos dicen. No vamos a estar en contra de la clase trabajadora. Necesitamos su respaldo.
¿Sienten que lo tienen?
En Salamanca hay un respaldo importante de personas afiliadas al sindicato y aun así, sigue siendo pequeña. La gente debería de confiar más en los sindicatos. Somos personas trabajadoras, yo vengo de un matadero de la industria cárnica de La Alberca, donde he estado 14 años. Ahora estoy asumiendo otros papeles dentro del sindicato. Somos la herramienta que ellos deben utilizar, sin ellos nosotros tampoco somos nada. Ellos pueden hacer fuerza solos, pero si vamos de la mano, seremos más fuertes.
¿Eso también le beneficia a la empresa?
Sí, porque lo que buscan trabajadores y empresas es la paz social, que es el entendimiento, el acuerdo, el diálogo… si no hay estas tres cosas, no se beneficia ninguna parte. Si vamos a estar a la ‘guerra’ todos los días, ni empresa ni trabajadores o trabajadoras ganan.

¿Cree que ser sindicalista hoy en día es ser un poco revolucionario?
Bueno… una vena revolucionaria tienes que tener. Digo que hay que luchar contra las injusticias y eso te hace ser un poco revolucionario, porque hay cosas que ves que te hacen mucho daño, no solo en el terreno laboral, también en el político y social. Estamos sufriendo unas grandes guerras. Nos duele mucho en el sindicato, que mueran personas sin casi explicación, solo porque hay dos que lo deciden. Ahí hay guerras donde mueren niños, mujeres, ancianos… al final ellos no son los que las provocan. Eso te hace ser revolucionario, buscar esa fuerza dentro donde dices: ‘Esto no está bien’. Sí, el sindicalista tiene que tener una vena revolucionaria.
¿Cómo hemos evolucionado en estos 40 años de democracia?
Tenemos que tener en cuenta que en los años setenta y ochenta la clase trabajadora tenía muy pocos derechos. En estos 40 años se han conquistado muchos.
¿Hemos tocado techo?
Siempre puede haber mejoras, no solo económicas, también sociales. Debemos de seguir luchando. Se luchó mucho porque no se tenía nada, con la fuerza de la lucha se consiguieron muchas cosas.
¿Se puede ir para atrás?
Claro que sí. Hace unos años, en el 2012, tuvimos una reforma laboral muy fuerte donde se perjudicó a la clase trabajadora, se perdieron derechos, se hicieron huelgas generales, se recuperaron en parte, pero a día de hoy, no hemos recuperado todos los derechos que nos arrebataron en esa reforma laboral tan dañina.
¿Cree que la sociedad es consciente de que se perdieron derechos que no se han recuperado y que los sindicatos tienen mucho que decir para restablecerlos?
No es consciente, porque cuando íbamos a explicar las huelgas generales a los centros de trabajo, el motivo por el que las llevábamos a cabo, que no era un capricho de los sindicatos, sino que estábamos perdiendo derechos, había personas que no sabían ni lo que se les había quitado. Teníamos que hacer un trabajo didáctico para que los trabajares y trabajaras entendieran que se les había quitado derechos que ya habían sido conquistado por sus padres.
Fernando, quizá tenemos poca formación sindical. ¿Están trabajando para mejorar esta carencia?
Sí. Lo estamos haciendo con los centros de Formación Profesional. Les explicamos qué es un sindicato. Vienen jóvenes de 14, 16 o 18 años que no saben que existimos y cuando ya nos conocen, no saben qué hacemos. Vamos a los institutos a dar charlas y vienen aquí. Sé que en asignaturas de FP dan información de lo que es el estatuto de los trabajadores, cositas básicas que les van a venir muy bien en el día a día, porque acabarán en el mercado laboral. Tienen que tener una base de lo que es un contrato de trabajo, un convenio colectivo o una nómina.
¿Están utilizando las redes sociales para llegar a los jóvenes que son nativos digitales?
Hemos creado una secretaría de comunicación, que la lleva un chico joven, así vamos a acercarnos a ellos, porque están a las puertas de un mercado laboral o de la Universidad. Nos tenemos que abrir para que vean el sindicato como una herramienta, no como un ente que no le interesa porque aún no trabajan. La afiliación que tenemos tiene una edad bastante alta. Nos tenemos que abrir a la juventud. Nos acercamos a ellos a través de las redes sociales, porque lo tienen todo ahí, es su referencia para informarse y no siempre circula la adecuada.

¿Cómo cree que les va a afectar la Inteligencia Artificial –IA- al sindicato?
No lo sé. Tenemos que buscar la fórmula de cómo poder utilizar la Inteligencia Artificial sin que afecte a las relaciones laborales y a los trabajadores. Por suerte, estos últimos años estamos mejorando lo que es el estatuto de los trabajadores, está subiendo el salario mínimo y además creemos en la afiliación a la Seguridad Social y en el empleo, también en Salamanca. Tenemos que darle esa vuelta para que la IA no reste, sino que sume.
Usted me dicta y yo escribo. ¿Qué le gustaría que cambiara/mejorara en estos cuatro años que tiene por delante como secretario general de CCOO?
Todavía nos estamos encontrando con muchas desigualdades entre hombres y mujeres. El sector de la hostelería, aunque estamos mejorando, aún tiene que hacerlo más. Nos encontramos con sitios, no quiero generalizar porque hay empresas y hosteleros que lo hacen muy bien, pero otros no. Sigue habiendo medias jornadas y trabajan ocho y diez horas y cobran miserias. Eso es lo que tenemos que hacer, profundizar en que la precariedad laboral, que tenemos en el sector de la hostelería en Salamanca y su provincia, podamos llegar a tener unas relaciones laborales óptimas, que el trabajador vaya a trabajar a gusto.
¿En algún sector más?
Las empleadas del hogar. Tienen jornadas interminables, de sol a sol, con salarios muy bajos. Hay que mejorarlos. Hay que luchar por una Sanidad pública y de calidad. Lo estamos consiguiendo, pero a pasos muy pequeños.
Se jubilan y no hay reposición…
Eso es y las condiciones laborales que tienen no son golosas. Nos movemos por el dinero, hay personas que tenemos vocación, pero hay que comer.
La vocación no está reñida con ganar dinero. Si eres vocacional realizaras el trabajo con menos esfuerzo, pero tienen que pagar las facturas.
Sí. Quizá si a los médicos o enfermeras les ofreciendo mejores condiciones en Inglaterra o Francia les merezca la pena irse.
Por curiosidad. ¿Le gustan las gambas?
Me gusta mucho el cerdo ibérico, que es de nuestra tierra. El insulto fácil es decir que somos ‘comegambas’. Pues sí, como gambas, pero me las pago yo.




















8 comentarios en «“El sindicalista tiene que tener una vena revolucionaria”»
Tiene que ser revolucionario, pero no ******* y en tu ejecutiva hay uno, que solo mira para el y amenaza a compañeros que están en otro sindicato, y es el presidente del comité de Eulen
Totalmente de acuerdo, CCOO tiene dentro de sus entrañas un vende obreros y lo ha metido en su ejecutiva, un tio que no tiene nada de revolucionario, es un liberado a costa de vender los derechos de sus compañeros. Agresivo, violento y vendido. Todos sabemos quien es y en el sindicato lo saben perfectamente pero les da lo mismo y miran para otro lado cuando salte la liebre luego se harán los sorprendidos.
Eulen, no solo en tu empresa, en la mía es igual, la presidenta de nuestro enlace sindical de CCOO solo busca su interés y su bolsillo, como para confiar en los sindicatos
Salvan su culo aunque sea a costa de el del compañero. Diputación es un claro ejemplo. No vendéis nada.
Que gran tipo J. La pena que tiene un sindicato plagado de vende obreros como los de la federación de Hábitat que lo único que hacen es lamerle el culo al señorito de los jardines. Que por cierto cada 1 de mayo manda a sus perros fieles a la manifestación para parecer que hace lago pero el se va de puente a comer mariscos a Gijón. Menudo sinvergüenza el vende obreros. Muchas suerte J. Espero que llegues a limpiar el buen nombre de CCOO que este sinvergüenza y sus lamebotas están dejando por el suelo.
A ver si hay suerte y estaba el mariscos en mal estado, este sindicalista ha hecho que despidieran trabajadores en thalher Lim Casa y Piscis cuando un sindicalista lo normal es que ayude a los trabajadores, pues esté todo al revés y más si no son de los que piensan como él
El objetivo y obligación de un sindicato es defender a TODOS los trabajadores.
No es un secreto que tenéis una manzana podrida (y lo sabeis)
El presidente del comité de jardines.
Un tío al que no podíais ver cuando estaba en UGT, y cuando lo echaron lo acogisteis con los brazos abiertos por un puñado de afiliados.
Un *********** habitual, cuyos métodos son la mentira, el engaño, presionar a las empresas y Ayuntamiento para sacar tajada (curiosamente talher lo paso de auxiliar a técnico no titulado, llevando años sin trabajar y sin ser liberado, tras 18 denuncias) el *****, ****** y represión contra todo el que no piensa como el.
Un ***** de manual que vive como un marqués a costa del trabajo de los demás.
CCOO dime con quien andas…
Revolucionario?? Ni si quiera defiende a sus propios compañeros… El señor Mijares no tiene nada de sindicalista…una pena que la reputación de CCOO se esté manchando de esta manera…y entréis por el aro solo por números …que esos afiliados van obligados por las amenazas …como no acabéis con el vais a tener un problema.