Un matrimonio ha sido detenido en Oviedo por mantener encerrados a sus tres hijos menores durante al menos cuatro años en un chalet situado a las afueras del municipio asturiano, en una zona rural. Se trata de un hombre alemán de 53 años y una mujer estadounidense de 48, también con nacionalidad, alemana. La Policía Local realizó la intervención tras el aviso de una vecina. Los agentes, que entraron en la casa en pleno apagón este lunes, confirman que hay “indicios suficientes de criminalidad”.
Las víctimas son dos gemelos de ocho años y otro hermano de diez y, pese a su edad, todos dormían en cunas y usaban pañales. Estaban sin escolarizar y vivían en condiciones insalubres, rodeados de basura, desperdicios, medicamentos acumulados e incluso junto a animales enfermos, según confirman fuentes de la investigación. Los tres hablan inglés, por lo que ha sido necesaria la intervención de una intérprete.
Los tres pequeños, a los que sus supuestos progenitores colocaron tres mascarillas cuando se produjo la entrada de los agentes, se encuentran en un centro de menores de Oviedo, mientras se evalúa su situación y necesidades. Por el momento, la Dirección General de Infancia y Familias ha asumido su custodia.
El hombre permitió el acceso a la Policía Local, que vigilaba la casa desde el pasado día 14. A los detenidos se les podrían atribuir dos delitos, el de abandono y el de detención ilegal, pues se ha confirmado que los menores llevaban encerrados desde 2021.
Una vez que la Policía Local entró en el chalet, comprobó que había “basura por todas partes, hasta debajo de las camas” y que “las ventanas estaban cerradas a cal y canto de forma que se viera lo menos posible desde el exterior”. También encontraron dos cunas de bebé sin patas, apoyadas en el suelo, en las que dormían los gemelos.
En otra habitación se encontraba el hermano mayor, donde había una cama “muy pequeña para su edad”, que los policías definen como “una especie de camastro, también sin patas.
En otra de las estancias dieron con un gato en malas condiciones de higiene y salud, incluso rodeado de sus propios excrementos.
Durante los días en los que los agentes vigilaron la casa no se produjo actividad fuera de ella. Los adultos “solo accedían al correo y a recoger la compra, que realizaban a grandes cadenas y supermercados”, y que destacaba por ser demasiado voluminosa para dos personas. La vivienda fue alquilada en octubre de 2021 y, al año siguiente, sólo el padre se empadronó en ella.