La Audiencia Provincial de Salamanca ha condenado a un hombre a 25 años de prisión por abusar de sus dos nietas entre los años 2011 y 2017. Las agresiones sexuales se produjeron aprovechando las estancias de las niñas, primas carnales de 8 y 9 años cuando comenzaron los hechos, en su domicilio de Salamanca.
La sentencia lo condena como autor criminalmente responsable de dos delitos continuados de agresión sexual sobre víctima menor de dieciséis años con abuso de situación de vulnerabilidad sin concurrir circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a las penas de doce años y medio por cada uno de los delitos; a la prohibición de aproximarse a ellas a menos de 250 metros de su domicilio y de cualquier lugar frecuentado por las mismas y, a la prohibición de comunicarse con ellas por cualquier medio durante un periodo de ocho años.
También le impone al acusado la libertad vigilada durante ocho años, que se ejecutará con posterioridad a la pena privativa de libertad.
Respecto la más pequeña, la sentencia considera probado que cuando iba visita a casa de sus abuelos, pernoctando en ocasiones en la misma durante algún fin de semana y más asiduamente cuando iba a hípica, cuyas clases le pagaba su abuelo, este aprovechando que la niña se sentaba en su regazo mirando hacia la tele, cuando se quedaba a solas con él, le tocaba por la espalda, brazos y distintas partes del cuerpo, metiendo la mano por debajo de la camiseta hasta llegar a tocarle ambos pechos con la disculpa de que la niña tenía un bulto en uno de ellos, repitiéndose esta conducta en varias ocasiones en que estaban solos en el domicilio diciéndole que era para comprobar si le había crecido el bulto.
En alguna de estas ocasiones, sin poder precisar número pero a partir de que la niña tenía ocho o diez años, el acusado también le metió la mano por debajo de su ropa interior, tocándole la zona genital, llegando a introducirle dos dedos en la vagina sin saber ésta cómo reaccionar.
Aproximadamente cuando tenía 15 años y conoció a un chico que le acompañaba a equitación, dejó de ir a pernoctar a casa de sus abuelos, cesando a partir de entonces los tocamientos.
Respecto a la mayor, desde que la niña tenía ocho años, cuando ésta iba a visitar a sus abuelos durante los fines de semana y, más reiteradamente durante los años siguientes en los que estuvo residiendo con ellos después de que su madre se fuese a vivir a Madrid, lo que tuvo lugar cuando la pequeña hacía primero o segundo de la ESO, el acusado la sentaba encima de sus rodillas, estando ella de espaldas hacia el abuelo mirando hacia la televisión y, aprovechando las salidas de la abuela del domicilio, el acusado le tocaba la espalda y por arriba, llegando a tocarle los pechos con la disculpa de comprobar si le había crecido el bulto que al igual que a su prima también tenía en uno de ellos, tocándole también la zona genital, llegando en alguna ocasión a introducirle los dedos en la vagina sin poder precisar el número de veces que lo hizo.
Un día en que la niña fue a pescar con su abuelo, tras regresar al domicilio y mientras se estaba duchando, entró su abuelo en el cuarto de baño y se le quedó mirando, cerrando ella la mampara.
En otra ocasión, estando la niña con sus abuelos en la parcela en la que tenían una caseta y una caravana, cuando la niña se fue a dormir a la caravana, su abuelo fue detrás, se tumbó con ella en la cama y acercándose a la misma, se bajó el pantalón y el calzoncillo y le cogió la mano, poniéndosela sobre su pene, moviéndola de arriba abajo hasta que ella se lo apretó fuerte y el acusado salió de la caravana. A veces, el acusado también le daba besos “de tornillo“ introduciéndole la lengua en la boca.
Debajo del tatuaje de su brazo la menor tiene diversos cortes que se hacía cuando su abuelo le realizaba estos actos.
Como consecuencia de estos hechos, las dos chicas presentan trastorno por estrés postraumático complejo grave.
El acusado permaneció en prisión preventiva por esta causa desde el día 9 de mayo de 2023 hasta el 17 de octubre del mismo año.




















1 comentario en «25 años para un abuelo que abusó de sus dos nietas pequeñas»
Bueno, espero que en la cárcel le pongan también mirando a Calatayud, perdón, a la Televisión. ¡En qué estaría yo pensando