Salamanca y la prostitución tienen una historia común. La fiesta más salmantina, El Lunes de Aguas, está íntimamente relacionado con las meretrices, la mancebía, el negocio… A lo largo de los domingos veraniegos se pasearán por La Crónica de Salamanca, San Lucas, las Tabernas del vino blanco, las brujas, zánganos, hechicera, putas literarias, además de la Celestina… Salamanca y las meretrices tienen una historia común y eso que la capital charra pudo ser ‘Ciudad de Dios’.
¿Cuántas leyendas, historias, mentiras, infundios, engaños o patrañas hay detrás del Lunes de Aguas? ¿Cuántas verdades? Lo cierto es que es alrededor de esta salida al campo, que si lo pensamos bien es lo que es, se ha tejido una fantasía que cinco siglos después continúa resultando turbadora…
Una buena leyenda se sustenta mejor si hay Historia -de la de los libros- detrás.
Así, Isabel y Fernando, los Reyes Católicos -no porque rezaran mucho- más bien porque el Papa Alejandro VI –su papado fue de 1492 y 1503- les otorgó el título de sus Majestades Católicas y obliga a todos los monarcas españoles a adaptarse a la legislación de la Iglesia Católica. Por eso, entre otras ‘obligaciones’ no pueden divorciarse.
Pero, Volvamos a la historia de El Lunes de Aguas…
Isabel de Castilla y Fernando de Aragón tuvieron un hijo que les salió fiestero, el Infante Juan. De haber vivido más, murió con 19 años, hubiera heredado todo lo de sus padres, las coronas de Castilla y Aragón, ostentaba los títulos de Príncipe de Asturias y de Gerona. Nació en Sevilla en 1478 y murió en Salamanca en 1497, según parece aquejado de tuberculosis.
Con todo el vigor de su juventud llegó a la capital charra para formarse y se encontró con la vida en estado puro. En su haber no hay conquistas, ni descubrimientos, pero a él se le debe la creación de la Casa de la Mancebía. Esto hizo que las prostitutas estuvieran bajo la tutela de un cuidador, que comenzó a conocerse en la ciudad como el Padre Putas.
No todos en la Familia Real eran como el Infante Juan. Su sobrino nieto, Felipe II, que se dejó ver por estas tierras medio siglo después, el 12 de noviembre de 1543, al desposarse con María Manuela de Portugal, pensó que había mucho libertinaje e impudicia en una ciudad donde debía de reinar la virtud y moralidad.
El ‘bueno’ de Felipe II no tuvo en cuenta que en aquella Salamanca del Siglo de Oro estaban pululando por aulas y calles unos 8.000 estudiantes y a su sombra y su dinero pendoneaban taberneros, prostitutas para todos los gustos y bolsillos, amas de llaves, lavanderas, feriantes, catedráticos, clero de todas las jerarquías… Salamanca albergaba entre sus calles la Universidad y el mayor burdel de Europa.
No nos olvidamos de El Lunes de Aguas…
El rey con más poder de toda Europa, en sus dominios no se ponía el sol, promulgó un edicto en el cual ordena que de Cuaresma y Pasión no se puede comer carne, en el más amplio sentido de la palabra. Es decir, las prostitutas de la Casa de la Mancebía no podían pisar la ciudad.
He aquí el quid de la cuestión.
Resulta que se sabe que la Casa de Mancebía estaba ubicada al otro lado del río, bajo el Teso de la Feria y a poca distancia de la parroquia de la Trinidad, según se puede leer en el blog El Suelo de Salamanca, donde ironizan diciendo que «no es fácil, ni siquiera necesario, expulsar de la ciudad a gente que vive fuera de ella. Lo que si parece posible es que el Lunes de Cuasimodo, cumpliendo con la tradición, estas mujeres acudieran a la ciudad para comulgar, siendo ese día en el que el vecindario salía a esperarlas en las orillas del Tormes».
Lo cierto es que vivieran en extramuros o dentro de ellos… no se pierde ni un ápice del mito.
Pero, ¿qué es el Lunes de Cuasimodo -no hablamos del personaje de ficción creado por Víctor Hugo-? Es el segundo lunes después del Domingo de Resurrección, cuya celebración fue establecida por el Concilio de Trento celebrado entre 1545 y 1563 en la ciudad italiana y cuyo objetivo fue responder a la Reforma Protestante y definir la doctrina católica de manera más precisa.
La palabra Cuasimodo proviene de las primeras palabras del introito del segundo domingo de Pascua, «Quasi modo géniti infantes…», y establecía que al menos una vez al año, todos los cristianos comulgaran.
Así que nuestra putas volvía a pisar los intramuros de Salamanca para comulgar. Pero, ¿por qué tenían que venir en barca y no podía atravesar el Tormes por el Puente Romano?
Esto nos lo cuenta un estudiante italiano. La primera referencia literaria que se tiene del Lunes de Aguas es del siglo XVII está en Diario de un estudiante de Salamanca. La crónica inédita de Girolamo da Sommaia (1603-1607). Girolamo da Sommaia llega a Salamanca en 1599 para estudiar a la Universidad y llevó un diario entre 1603 y 1607 de su vida y milagros en la ciudad del Tormes.
Girolamo da Sommaia escribió en su diario como las prostitutas de la mancebía cruzaban en barca el Tormes ocho días después de Pascua, porque sólo las mujeres que se habían confesado, ellas no lo hacían, podían caminar por el Puente Romano. También se puede leer que los estudiantes ayudaban a las prostitutas a cruzar el río y que las barcas se engalanaban para la ocasión. Todo un espectáculo que se podía rememorar en alguna ocasión. Aquí lo dejamos.
El Lunes de Aguas no tiene monumento
Como también reiteramos que El Lunes de Aguas no tienen un monumento en Salamanca. A finales del 2020, para ser exactos en diciembre, el Lunes de Aguas fue declarado por la Junta de Castilla y León como festividad de interés turístico regional. Esta declaración pone de manifiesto que esta festividad tan querida por los salmantinos cumple con la originalidad, tradición popular, antigüedad y valor cultural
La Junta se pronunció, pero el Ayuntamiento de Salamanca no le dedica al Lunes de Aguas ni una placa, ni una estatua, ni un monolito a la festividad más querida por los salmantinos. Eso sí, en el callejo de Salamanca si que está contemplado, el paseo de Lunes de Aguas, una calle de nuevo cuño, que comienza en la avenida de La Salle y concluye en la Glorieta Aceña.
El Lunes de Aguas es un bien inmaterial y debería de ponerse en valor, porque detrás de esta merienda, de su hornazo o de sus salidas al campo hay mucha miga…
El que sí trabajó para hacerle un homenaje, a modo escultórico, al Lunes de Aguas fue el escultor Agustín Casillas. Tenía bocetos, incluso, bajo relieves alegóricos del Lunes de Aguas. Quizá sería buen momento para recuperarlos.
**** La ilustración es obra de Chema Martín, responsable de la academia de pintura Cibeles, situada en la calle Rosario, 32
Chema Martín trabaja por encargo… Una caricatura, un retrato, una escultura suya… siempre será una obra que embellece su casa o un buen regalo para que os recuerden.





















2 comentarios en «El Lunes de Aguas o Lunes de Cuasimodo»
«Doble moral»: Muchos son los católicos, apostólicos y romanos salmantinos que van y vienen a la Villa y Corte en busca de picos pardos que dicen que allí es más difícil encontrarse con los otros católicos, apostólicos y romanos de la capital del Tormes. ¿Será verdad?.
Quizás el nuevo Tormes sea una autovía-autopista…
Siempre se aprende algo nuevo