Pasó de la construcción a gestionar un kiosco mítico en el barrio de Pizarrales. Ahora, desde su imperio de golosinas, pan recién horneado, dulces y largas hileras de todo de tipo de patatas fritas y otros snacks, dirige su barco, el negocio que montó como algo temporal y que ahora no piensa cerrar nunca. Kiosco Sebas está “en el mejor barrio, porque aquí solo hay gente buena”, asegura su capitán, el pizarraleño Sebastián Hernández Bermejo.
El trasiego de clientes no para desde primera hora de la mañana. Sebas responde a las preguntas de La Crónica y, mientras, sigue atendiendo sin perder su estilo dicharachero, irónico y siempre respetuoso y afable. “Yo soy así, me sale espontáneo”, asegura. Pero los comienzos fueron difíciles. “El primer día me escondía detrás de mi mujer, que al principio trabajaba conmigo, para que nadie me preguntara nada”, recuerda. Sin embargo, ahora tiene simpatía para regalar en cada venta.
Sebas cambió la construcción por su negocio familiar en 2009, cuando la crisis en el sector le dejó sin empleo. “Mandé muchos currículums pero no salió nada. Monté este negocio por un año y ya llevo 16”, cuenta. “Yo jamás había estado detrás de un mostrador, me daba mucha vergüenza, era muy tímido”, confiesa.
Cuando este gran amante del rock, el flamenco y el equipo de fútbol del Real Madrid puso en funcionamiento su tienda, “hacía 20 años que no se celebraban fiestas en el barrio”. Así que decidió unirse a otros vecinos y comerciantes para cambiar la situación. Y fue un éxito. O, como a él le gusta decir, “un escándalo” o “un espectáculo”. Se reactivaron las peñas y él estuvo siempre “en todos los berenjenales” hasta que, tras la pandemia, optó por tomarse descanso en lo que a organización se refiere. “Me hago a un lado para que sigan los jóvenes”, señala.

Para conseguir que un kiosco de un barrio alejado del centro genere ingresos suficientes para una familia es necesario mucho esfuerzo. “De aquí vivimos todos. Para eso yo paso muchas horas aquí, incluso sábados y domingos”. “Interés y ganas” son sus claves para mantener la tienda siempre ordenada, atractiva y llena de constantes novedades. Incluso es punto de recogida y entrega de paquetes y hace copias de documentos.
El negocio “empezó muy bien”, pero las cosas están cambiando en el mítico kiosco. Tras la pandemia de la covid, las ventas han caído al menos un 60%. La situación difícil afecta también a otros negocios del barrio, según cuenta Sebas quien señala que, cuando abrió las puertas de su negocio, en la Carretera de Ledesema “había 45 bares y ya solo quedan tres”. También lamenta los cierres de otros establecimientos, todos ellos pequeños comercios.
Sin dudarlo, él sigue defendiendo su barrio natal y, como punto positivo, destaca la presencia de nuevos vecinos. “Está llegando mucha gente joven, estudiantes, gente nueva…, y eso siempre viene bien”.

“La gente lo critica y cuenta muchas películas pero, como barrio, Pizarrales es el mejor, porque no hay nadie malo y además nos conocemos todos, así que no nos perjudicamos”, sostiene. “Si vienes por aquí nadie te va a robar, nadie te va a atracar… de eso nada, no es un barrio peligroso como dice quien comenta sin saber”.
Se queja, sin embargo, del elevado precio del alquiler pues, como en todas las zonas de Salamanca, una de las ciudades más caras de Castilla y León, “ha subido muchísimo”.
Su estilo único
Entre las señas de identidad de Sebas como tendero están las preguntas con las que a menudo descoloca al cliente que no le conoce. “A veces me piden una barra de pan y yo pregunto ‘¿por qué?’, y me miran con cara de sorpresa”. También suele llamar a los euros dólares. De un modo o de otro, es raro salir de su kiosco sin una sonrisa.

“Eso me parece fundamental, porque cuando te ponen buena cara es mucho más cómodo comprar, no como cuando llegas a un negocio y hay un tío que te mira con cara de seta, como si le debieras dinero. Si yo estoy a gusto, el cliente también”, explica. Y de esta forma, Sebas sigue construyendo y mejorando el barrio, ya sin necesidad de ladrillos.





















6 comentarios en «Kiosco Sebas, en Pizarrales: “Lo monté por un año y llevo 16”»
Mejor persona y mejor vecino ,todo un ejemplo de superación,sí hubiera más gente como el ,el mundo sería mejor ,vecino de toda la vida ,???????
Totalmente de acuerdo
Es difícil tal y como corren los tiempos pero como te lo.mereces saldrás adelante
Quién no conoce a Sebas? Es un mítico del barrio!!! Un pizarraleño de pura cepa….un grande en todos los sentidos!!! Y su mujer Carmina, otra gran Pizarrales y buena tía….
Un gran vecino y compañero hemos echo de momentos difíciles una fiesta siempre podrás contar conmigo campeon
Me parece fatal que no hayáis mencionado a su mujer que es el 50% del kiosco y siempre está al pie del cañón. Hubiera sido un detalle que la hubierais mencionado en el artículo porque trabaja tanto o más que él.