Hay locales que dan entidad a un edificio, a una calle, a un espacio… cuando bajan la trapa, no solo cierran, dicen adiós a un espacio de referencia. Por ello, cuando abren de nuevo sus puertas, parece que el día es más luminoso.
Hace unos meses, la farmacia que estaba ubicada en el número 73 de la calle Zamora decidió irse un poco más al centro, un par de números más cerca de la Plaza Mayor en la misma calle, dejó de suministrar medicamentos en el bajo de uno de los edificios con sabor de esta céntrica vía, porque sin llegar a ser uno de los singulares, si que tiene entidad.
Ahora, en lugar de dispensar medicamentos para que los clientes se pongan sanos, ha abierto de nuevo sus puertas y es una tienda de ropa, por lo que de aquí en adelante, los responsable lograrán que sus parroquianos estén más guapos.



















