El PP hace perder la mañana a Pedro Sánchez

El PP hizo perder la mañana este jueves al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que obligó a comparecer en el Senado en el marco de la comisión de investigación del caso Koldo. Como era de prever, trataron de convertir su citación en un linchamiento y en una suerte de auto de fe de la santa inquisición, certificando que lo que menos esperaban los promotores de la iniciativa era aclarar algo del asunto o encontrar alguna aportación significativa al caso, y que solo buscaban pasar el rato intentando poner en un brete a Sánchez, que despachó con suficiencia los envites de la derecha y la extrema derecha.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció durante cinco horas en la comisión de investigación del ‘caso Koldo’ en el Senado, descalificando la sesión como un «circo» y una «caza de brujas» orquestada por la oposición. Citado por el PP, que ostenta la mayoría en la Cámara Alta, Sánchez respondió a preguntas sobre las presuntas irregularidades de exdirigentes socialistas como José Luis Ábalos y Koldo García, así como sobre la financiación del PSOE.

Cruce de acusaciones y tensión

La comparecencia se caracterizó por la alta tensión, con rifirrafes constantes entre el presidente y los senadores del PP, UPN, Vox y Junts. Sánchez mantuvo la calma, pero arremetió contra PP y Vox, acusándolos de hacer una «burda instrumentalización del Senado» para ejecutar «vendettas políticas». «El Senado no nació para ser la sucursal parlamentaria de una estrategia partidista, ni para ejecutar ‘vendettas’ políticas. […] Se ha convertido una institución en parte de la maquinaria del fango», clamó en su alegato final.

Desde el Ejecutivo y el PSOE se criticó que la citación tuviera lugar justo después del aniversario de la Dana y del funeral de Estado a las víctimas de Valencia.

Reconocimiento de pagos en efectivo legales

Sánchez defendió la «limpieza» y «trazabilidad» de las cuentas del PSOE, asegurando que su financiación es «legal y transparente», con el 75% proveniente de subvenciones públicas y el 25% de cuotas de militantes. Aprovechó para señalar al principal partido de la oposición: «Caja B ha habido en otro partido político, en Génova, no en Ferraz».

Respecto al uso de dinero en efectivo, el presidente admitió que «en alguna ocasión» pudo cobrar cantidades para liquidar gastos adelantados como secretario general, siempre «contra factura» y sin superar los mil euros, una práctica que consideró «normal» y legal.

Choques

El presidente de la comisión, el popular Eloy Suárez, tuvo que reprender a Sánchez en varias ocasiones por «abusar» del tiempo y no ceñirse a las preguntas, a lo que el presidente respondió con ironía sobre la «imparcialidad» de la presidencia.

Por su parte, los grupos que apoyan al Gobierno también cargaron contra la oposición. Senadores como el de ERC o el del PSOE calificaron la sesión de «comisión inquisitorial» y de la «crucifixión», acusando a la derecha de usar la Cámara para «acabar con el Ejecutivo». Incluso Junts, socio clave de Sánchez, escenificó su distancia reprochándole su «debilidad más absoluta» y criticando que su «actitud sonriente» contribuyera a la sensación de «circo».