La reestructuración del tráfico fastidiará a los viajeros del bus

La reestructuración del tráfico en Salamanca es un hecho y se notan las primeras quejas. Los vecinos de la calle Rosario y aledaños clamaban una explicación de cuándo terminarían las obras. Por otra parte, los conductores de los autobuses urbanos y metropolitanos solo entienden que esta medida va a perjudicar el servicio que se les presta a los pasajeros.

El problema que tienen los autobuses –urbanos y metropolitano que pasan por Dominicos para subir a Gran Vía- es que con esta reestructuración tendrán que recorrer 470 metros, ya que subirán por Rector Esparabé, llegarán a la rotonda del puente Felipe VI, Canalejas y torcerán a la calle Rosario para entrar en la Gran Vía.  

La pregunta es cómo giran para Rosario sin que haya una rotonda. La solución que les han dado a los conductores de autobús es que tendrán prioridad semafórica.

En teoría, el semáforo detecta que llega el autobús y supuestamente se pondrá en verde. No lo ven muy claro los conductores por varios motivos: Canalejas tiene dos carriles de subida y dos de bajada, entienden que van a acondicionar el carril del medio para girar, pero la calle Rosario es pequeña para poder torcer con amplitud.

Además, todos los vehículos que pasan por Gran Vía, los tendrá que absolver Canalejas, serán varios miles, lo que supondrá que este paseo, que ya de por sí está saturado, sobre todo en horario escolar al tener en su recorrido tres colegios, una Facultad y dos grandes supermercados con lo que supone el carga y descarga de estas superficies. Los conductores consultados señalan que va a ser un caos y los autobuses van a tardar más tiempo en hacer el recorrido, no solo por los 470 metros más, que también.

Los profesionales son escépticos con este cambio y se preguntan: ¿Nos van a dar mucha prioridad en el semáforo y va a estar mucho tiempo en verde para que pasemos o vamos a cruzar a gotitas? Ellos prevén que el atasco va a ser monumental.

Otra de las cuestiones que se plantean los conductores es que afectará a los pasajeros de la línea 12 y 13 que son los que pasan por Canalejas. La 13, de punta a punta, y la 12 gira en el paseo de San Antonio.

Además, a todos los viajeros que suben a los autobuses que transitan por la Gran Vía, las líneas 1, 3, 4, 8 y 9, que verán cómo se incrementa su recorrido en 470 metros, pero sin aumentar el tiempo para hacer el viaje completo. Los conductores aconsejan que pongan alguna parada en ese ‘nuevo’ recorrido.

Además, señalan que las líneas que pasan por la Gran Vía son trayectos lineales y está fijado un tiempo para hacerlo. “Si ya de por sí no llegamos, porque hay muchos más usuarios, muchos de ellos son mayores, sillas de ruedas, carros de bebé, hay más vehículos y una limitación a 30 km/h y los horarios llevan más de 20 años siendo los mismos. Va a ser imposible poder cumplirlos”, se quejan los conductores.

Ellos creen que o ahorran calidad de servicio o intentan cumplir los horarios. Las dos cosas son incompatibles. El transporte urbano no consiste en ser un Fórmula 1, tiene que dar una calidad de servicio que es lo que paga el Ayuntamiento.

Les han asegurado que se puede cumplir, porque la Gran Vía va a tener menos afluencia de vehículos y ahí se pueda recuperar el tiempo en el trayecto.

No lo ven. Es posible que la Gran Vía la recorran sin tanto tráfico, pero llegan a la plaza de España, donde a determinadas horas es un nudo gordiano por la cantidad de vehículos que confluyen desde la avenida Mirat, Canalejas, paseo de la Estación y Gran Vía. Todos los coches que ya no giran en Gran Vía, se irán por Canalejas o por otros cinturones de la ciudad. La lógica es que se tarde más en atravesar esta rotonda.

Un regalo para la empresa de transporte

Esta modificación del recorrido, con el incremento en metros, supondrá un desembolso para las arcas municipales, ya que la empresa Salamanca de Trasportes cobra por kilómetros recorridos. Son 470 metros más por vuelta, desde que empieza el servicio hasta que acaba, por línea y por 365 días. Lo que supondrá más de 220.000 euros anuales, que hay que multiplicarlos por los diez años de concesión.

“El problema es cuando se multiplica. Esto va a salir del contribuyente, sin la calidad de servicio que se merece, porque el tiempo es el mismo sin tener en cuenta lo que supondrá cumplirlos”, matizan los conductores.

A lo que hay que añadir, que los conductores llevan años solicitando unas paradas bien estructuradas, porque muchas no tienen rebaje para las sillas de rueda o se encuentran con papeleras, contenedores o árboles. Además de señalar que los autobuses cada vez son más voluminosos y las paradas no se han modificado.

Reestructuración del tráfico

Los conductores consideran que la reestructuración del tráfico podría estar bien, pero para ello no podrán cumplir los horarios a los que califican de obsoletos. No se van a ejecutar en tiempo y piensan que van a tender discusiones con los pasajeros, porque prevén que van a tener más usuarios al no poder acceder con los vehículos particulares al centro.

Están encantados con que el transporte público crezca en número de viajeros, pero tiene que ir en proporción. Si hay una mayor demandada, hay que hacer un estudio de los horarios. Coinciden en señalar que si vas a reestructurar el tráfico de media ciudad, hay que pensarlo muy bien antes.

Hay una duda sobre el puente de Dominicos. Creen que no han hecho pruebas. Actualmente, los autobuses pasan justos, pero cuando tengan que atravesarlo de bajada piensan que lo tendrán complicado, tienen miedo por el puente de Dominicos y por los peatones, porque suelen caminar por debajo del puente.