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Opinión

Sin sorpresa

Alfonso Fernández Mañueco vuelve a coger el bastón de mando del Ayuntamiento.

[dropcap]Y[/dropcap]a nos encontramos de nuevo en la danza municipal, que, por el bien de Salamanca, esperemos que no resulte macabra, ni siquiera azarosa. Pero habrá que ir viendo cómo se engrasan los ejes de los compromisos entre el nuevo reparto de asientos en el salón de sesiones de la Corporación y, especialmente, en los órganos de gobierno. Ahí te quiero ver. Y verlo palpablemente, en comportamientos y en resoluciones, en actuaciones concretas.

Ahora la campaña electoral ya quedó atrás, pero no en la nebulosa en la que normalmente se suele diluir la mayor parte de los programas tan pregonados. Alfonso Fernández Mañueco se ha comprometido mucho en diferentes terrenos y es reo de un fondo que habrá que ver cómo resuelve. Claro que también su jefe Rajoy se comprometió a todo lo habido y por haber y a los cuatro días le dio la revolera rampante a tanto compromiso para hacer lo contrario. ¿Confiamos en que el alcalde de Salamanca no siga el modelo de quien gobierna su partido? Mejor será que Mañueco siga otra ruta, pero de confianzas se encuentra empedrado el infierno y algunas gentes con recorrido ya no nos fiamos más que de lo concreto, de resultados.

Seguro que habrá quien mantenga que para “corregir” o “exigir” al equipo popular gobernante ya está ahí Ciudadanos con su pacto permitiendo la continuidad popular. Ese nuevo grupo así lo sostiene, pero servidor no se jugará ni una de las antiguas pesetas por lo que pueda representar tal alarde de exigencia y pulcritud. Primero, el alcalde y sus gentes son hábiles, habilidosos y artimañeros, conocen los entramados y cómo manejarse. Segundo, no hay que darle vueltas a lo que no tiene ni media cambiada: Ciudadanos de Salamanca es la derecha, casará bien con el PP gobernante.

[pull_quote_left]No sólo es que Ciudadanos sea mayormente la deriva de “aquella cosa” que fue Unión del Pueblo Salmantino, es que además están las personas. Por ejemplo, hay una persona clave para deducir que los acólitos de Rivera no apoyarían a la izquierda: José Amador, responsable de acción política en Ciudadanos.[/pull_quote_left]Desde el momento en que conocí el resultado electoral avancé que seguiría gobernando el PP porque Ciudadanos no lo iba a impedir. No me siento profeta, ni siquiera manejo las situaciones como ocurría años atrás, pero sí conozco a los personajes y las situaciones simplemente porque tengo memoria. Y memoria es lo que nos falta generalmente a los ciudadanos. No sólo es que Ciudadanos sea mayormente la deriva de “aquella cosa” que fue Unión del Pueblo Salmantino, es que además están las personas. Por ejemplo, hay una persona clave para deducir que los acólitos de Rivera no apoyarían a la izquierda: José Amador, responsable de acción política en Ciudadanos. Además de paisano lumbralense a quien conozco del derecho y del revés, me agradaría que la gente recuerde aquel verano de 1992 en el que Pepe Amador no pudo ser vicepresidente de la Diputación bajo la presidencia de Casimiro H. Calvo porque Pepe Dávila, PSOE y CDS se llevaron por delante las seguridades ya establecidas y lo que de allí se derivó. Sólo por eso, pero también genéticamente, ese dirigente de Ciudadanos nunca apoyará a la izquierda. Era facilísimo adivinar lo que ha sucedido.

Pero en relación con Ciudadanos también me permito remitirme al tiempo de atrás: su juego corre el riesgo de la suerte que siguió el CDS, que se fue al infierno cuando pactó con Aznar, en la Junta, en la Diputación de Salamanca, pero especialmente en Madrid con Rodríguez Sahagún en la alcaldía. Ojo con las curvas y contracurvas, que la historia es maestra.

Que Enrique Cabero se vaya me parece normal. El resultado electoral fue malo para el PSOE y no se puede disimular, y creo que el profesor de Derecho del Trabajo, como persona racional y con compromiso ético, asume que él encabezaba esa candidatura, por más que ese resultado sin duda no se relaciona con lo que él representa y aporta. La situación del PSOE en Salamanca –con una sociedad que es la que es, no se puede olvidar– es triste y, si con rapidez y resolución no se pone remedio mediante una regeneración que muchos desearíamos, corre el riesgo de quedar en residual. Sería lamentable que en el nuevo entramado municipal jugara un triste papel.

[pull_quote_left]Como Alfonso Fernández Mañueco es el alcalde, será conveniente echar mano al programa que él mismo me entregó un día en la calle, y le dije: “Vale, para fiscalizaros”[/pull_quote_left]Y tenemos a Ganemos, de donde sólo conozco directamente a su cabecera. Es la gran incógnita. Lo que habrá que exigirle es consistencia en su trabajo de oposición, pero para eso tendrán que olvidar en el saco no pocas de las situaciones que han movido en la campaña, por irrelevantes, como fue el caso de cuando salieron señalando que había que eliminar los coches oficiales. Pero, criaturas, ¿y entonces cómo funcionaría el Ayuntamiento? Fue lo mismo que garantizó Aznar cuando en 1987 llegó a la Junta…, y, con acierto, terminó comprando helicópteros para atajar los incendios. El jardín en el que el multi-grupo se ha metido no es el de las asambleas, desde luego, sin que ello suponga renunciar a la exigencia de un nuevo tono y limpieza políticos. Pero hay que estar a lo que hay que estar.

Como Alfonso Fernández Mañueco es el alcalde, será conveniente echar mano al programa que él mismo me entregó un día en la calle, y le dije: “Vale, para fiscalizaros”. Pues como el alcalde se ha comprometido por lo alto, que cumpla.

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