Piezas donadas por instituciones o procedentes de convenios firmados con el instituto Fray Luis de León, la Diócesis de Salamanca, el Convento de San Esteban o el Conservatorio Superior de Música tienen una segunda vida gracias a los trabajos realizados por los alumnos de la Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Salamanca
Los profesores de la Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Salamanca han expuesto los trabajos finales del curso de sus alumnos de Conservación y Restauración. Las obras, donadas por instituciones públicas para ser restauradas, van desde útiles sacros de metal, documentación en pergaminos, tallas o fotografías antiguas.
Los alumnos de estos estudios han trabajado mucho en las obras mostradas por sus profesores esta mañana en la Escuela de Arte. Los estudiantes de primer curso, que se mostraron tímidos pero orgullosos, trabajaron con materiales inorgánicos, concretamente el metal, de lo que destaca una preciosa cruz dorada y una colección de objetos litúrgicos donada por la Diócesis de Salamanca.
Pasar a los materiales orgánicos es lo que les espera en segundo curso, cuya profesora explicó el largo y delicado proceso de restauración de una talla renacentista mediante una presentación de imágenes. También hizo uso de una presentación la profesora María Rubio, de Conservación y Restauración de Documento Gráfico, asignatura de tercero, que mostró el proceso con documentos de la Diócesis, mapas donados por el instituto Fray Luis de León, una lámina del Vía Crucis, una sacra, pergaminos del Archivo Provincial de los Dominicos, la Revista Escuela Española y un misal del Conservatorio Superior de Música.
“Estoy muy contenta. Los alumnos han trabajado mucho. Al finalizar el curso sacan mucho trabajo adelante de gran calidad”, contaba María Rubio, muy satisfecha con el trabajo realizado por sus alumnos, quienes trabajan desde el primer día con obras reales. Rubio tiene preferencia por las obras de mayor tamaño y envergadura, pues suponen otras dificultades añadidas. “Cada obra plantea unos problemas distintos, un modo de intervención distinto, entonces es muy difícil seleccionar un trabajo preferido”.
Por último, la profesora de cuarto curso mostró las obras fotográficas y audiovisuales, donadas en su mayoría por Charo, cuyo marido, nos explicó, trabajaba en el cine. En esta muestra había fotografías antiguas de Salamanca en los años 40, fotos familiares y material audiovisual como placas de vidrio o trozos de película cinematográfica. Todos los maestros explicaron con detalle cómo procedieron paso a paso en la restauración de los objetos.
Además de los trabajos enseñados, los alumnos realizan prácticas durante el curso. “A mí no me caben más trabajos”, confesaba entre risas el profesor Roberto de Prado, de química y materiales. “Hacemos de una a dos prácticas diarias”. Entre estas prácticas se incluye la fabricación de pergaminos y fibra de papel, reacciones químicas, análisis, cerámica, fotografías, etc. Todas estas obras las exponen después en su página de Facebook.
La Escuela de Arte trabaja siempre con obras donadas por instituciones. Tienen convenios con el instituto Fray Luis de León, la Diócesis de Salamanca, el Convento de San Esteban o el Conservatorio Superior de Música entre otros. Después de trabajar con las obras donadas las devuelven en perfectas condiciones a sus lugares de origen.
Por Paula Castro
