Las novias de Dios

vera cruz
La capilla de la Vera Cruz.

[dropcap type=»1″]T[/dropcap]odos los que visitan Salamanca experimentan cierta emoción al pasear por la calle de las Úrsulas y el Campo de San Francisco. El ambiente urbano recreado por los conventos de clausura que allí se encuentran proporciona una aportación a la estética y al sosiego que en pocos lugares se pueden encontrar.

En una de sus esquinas se encuentra una pequeña capilla que invita a entrar a su interior. Una vez dentro, algo llama poderosamente la atención del observador. De rodillas, en el altar mayor, una religiosa vestida de novia, en silencio, adora al Santísimo Sacramento día y noche. Los fieles acompañan a la monja con sus oraciones en un silencio sepulcral, sólo roto por el paso de las hojas de algún libro de meditación. Este escenario teatral deja perplejo al hombre de hoy, acostumbrado al ruido y la acción.

[pull_quote_left]La capilla barroca, obra de Joaquín Churriguera, responde a la máxima del horror al vacío, tan propio de aquella época.[/pull_quote_left]Cuando nos suponemos repuestos del impacto comenzamos la percepción de la decoración de la iglesia. La capilla barroca, obra de Joaquín Churriguera, responde a la máxima del horror al vacío, tan propio de aquella época. Poco a poco van apareciendo ante nuestros ojos obras escultóricas de gran calidad, datadas en torno a 1713 y 1714, años en los que se reconstruye el templo propiedad de la cofradía de la Veracruz.

Junto a la iglesia se encontraba un pequeño hospital que regentaba la cofradía, desaparecido al integrase en el Hospital General de la Santísima Trinidad.

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1 comentario en «Las novias de Dios»

  1. Cuando la ciencia confirma con toda rotundidad que la meditación es capaz de producir cambios en el cerebro, desactivando las partes del mismo que tienen que ver con la ansiedad y la ira y activando a su vez las que tienen que ver con la atención y el aprendizaje. Cuando la misma ciencia descubre el poder de las neuronas espejo y las neuronas del corazón y las vibraciones de éste capaces entre ambas de crear ambientes de serenidad y paz, saber que en Salamanca hay cientos de personas que de manera silenciosa se dedican a generar estos campos de vibraciones amorosas puede sonar a algunos como el discurso de Colón en San Estaban sobre su viaje, mientras que para otros, entre los que me encuentro, sus oraciones, meditaciones y contemplaciones son agradecidas, como las del grupo budista que al parecer se reúne todos las semanas a meditar bajo la batuta de una monja budista, o las meditaciones de los martes a las 20:00 en unión a una red internacional y que tienen lugar en el Alto del Rollo. Somos millones en el mundo los amantes del silencio, la oración, la meditación y la contemplación. Gracias por recordamos que existen que está a nuestro lado de manera permanente. Siempre adelante. («Desde la otra orilla»)

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