El torero Jiménez Fortes ha recibido el alta médica este miércoles después de permanecer diez días ingresado en el Hospital Clínico tras la grave cogida que sufrió en Vitigudino, por el tercer toro de la tarde, en la plaza de Vitigudino. El resultado fue trágico ya que el pitón entró por debajo de la barbilla y le afectó gravemente a la lengua, la nariz y el paladar, además de llegar hasta la base del cráneo.
Agradecido y muy emocionado, así es como se ha mostrado y sentido el matador de toros, Saúl Jiménez Fortes, quien ha dado las gracias a todas las personas que han estado a su lado durante este duro y fatídico suceso y, sobre todo, a los doctores que han salvado su vida, el doctor Blanco y del Pozo.
Afirmó que no se plantea retirarse y que quiere volver a torear. “Fui consciente de la gravedad y en ese momento temí por mi vida«, dijo.
El segundo milagro
“Estamos en el principio del segundo milagro este año y hay que llevar esta situación con tranquilidad y paciencia, ya que aún no está la batalla ganada“, matiza así su apoderado, Nemesio Matías.
Su apoderado, que contestó a varias preguntas por el torero, comentó que por el momento come por una sonda y que se quedará durante los próximos diez o quince días en Salamanca, ya que tiene que volver todos los días al hospital para que le realicen las curas necesarias. “Saúl me está sorprendiendo mucho y me transmite mucha tranquilidad. Él sabe lo que sucedió y sabe lo que quiere hacer y a dónde quiere llegar», afirma Nemesio Martín.
Sin embargo, ni el propio Jiménez Fortes ni su apoderado, Nemesio Martín, anticiparon cuándo volvería a los ruedos, ya que por el momento tendrán que esperar hasta ver cómo evoluciona.
Por el momento, Jiménez Fortes tiene sensaciones de ilusión y admite que pondrá toda su fuerza y voluntad para recuperarse pronto y volver a torear de nuevo.
Texto y fotos: Pilar Herrero Zazo