El chalet en el que se produjo el crimen de los marqueses de Urquijo, quienes fueron asesinados durante la madrugada del 1 de agosto de 1980, ha salido a la venta. Con un precio de 2,5 millones de euros y ubicada en la urbanización madrileña de Somosaguas, la finca cuenta con piscina, pista de tenis, y una oscura historia que más de cuatro décadas después aún no ha sido resuelta.
Durante la madrugada del 1 de agosto de 1980, se produjo uno de los crímenes más mediáticos de España. Los marqueses de Urquijo fueron asesinados en sus respectivas camas. En el caso del marqués, recibió un tiro en la nuca, mientras que la marquesa fue disparada dos veces. Sin embargo, nadie oyó nada y, tras una investigación repleta de zancadillas y complicaciones, 44 años después aún no se conoce exactamente lo que ocurrió aquella noche.
Actualmente hay muchas hipótesis sobre lo que pudo suceder. Si bien, solo hubo un condenado: Rafael Escobedo (Rafi), exmarido de la hija de los marqueses, Myriam. Este, quien inicialmente se declaró culpable, después intentó retractarse asegurando que fue torturado por la policía. Finalmente, Rafi acabó suicidándose en la cárcel, aunque la autopsia halló 15 milígramos de cianuro en los pulmones, por lo que su abogado asegura que fue envenenado.
No obstante, todo lo relacionado con el caso son incógnitas, y es que la investigación estuvo plagada de trabas e inconvenientes. Los casquillos de los disparos desaparecieron durante el juicio, el arma homicida -hallada en el pantano de San Juan- fue robada, los vigilantes de seguridad no estaban en el chalet la noche del homicidio ya que se les había averiado el coche, y la alarma de la vivienda estaba desconectada. Además, el único policía con serias intenciones de esclarecer el crimen fue apartado de la investigación cuando centró sus miradas en los hijos de los marqueses.
Rafael Escobedo (Rafi), quien se encontraba en la casa la noche del crimen se declaró culpable, pero apuntó que lo hizo “solo o en compañía de otros”. Aunque el único condenado, entre esos ‘otros’ mucho se ha especulado con algunas personas cercanas a los marqueses. Una de ellas es su hija Myriam de la Sierra, quien se casó con Rafi y que, según el testimonio de este, se encontraba en el chalet la noche del crimen.
Otro es Juan de la Sierra, hijo de los marqueses y quien se especulaba que mantendría una relación homosexual con Rafi. Además, aunque vivía en Londres, regresó a Madrid esa misma noche. Estuvo presente en la inspección de la vivienda y destruyó algunas pruebas y documentos. También se apunta a Javier Anastasio, amigo de Rafi y acusado como cómplice. Fue visto con Escobedo la noche del crimen y fue quien se deshizo del arma, se fugó a Brasil y regresó cuando prescribió el crimen, aunque siempre mantuvo su inocencia.
Por otro lado, Mauricio López-Roberts, amigo de Rafi y marqués de Torrehermosa, también es uno de los señalados. Fue condenado a 10 años de cárcel por encubrir el delito, ya que tuvo conocimiento del mismo, pero no lo denunció a la policía. Finalmente, Diego Martínez Herrera, el administrador y hombre de confianza de la familia, quien fue considerado como el cerebro de la operación y, según algunos rumores, guardaba rencor a los marqueses.
Por su parte, el mayordomo de los marqueses, Vicente Díaz Romero, no estaba en Madrid el día del crimen. Además, desde el primer momento defendió que los hijos de los Urquijo, Juan y Myriam, estaban involucrados en el crimen. Junto a ellos, señalaba a Rafi, Mauricio López-Roberts y el administrador Diego Martínez Herrera.
