[dropcap]S[/dropcap]é que vincular a estas alturas desapego y felicidad es una tontería tan grande como vincular felicidad con lo que sea. Nada lleva a ningún sitio más allá del un buen rato. Si así eres feliz…
[dropcap]S[/dropcap]é que vincular a estas alturas desapego y felicidad es una tontería tan grande como vincular felicidad con lo que sea. Nada lleva a ningún sitio más allá del un buen rato. Si así eres feliz…
[dropcap]Y[/dropcap] en su libre ejercicio de cuerda locura lo tiró todo excepto su bote de particular pintura de color rojo. Locura de cuerda para atar les parecía a los demás, pero nadie conseguiría deshacerse de esa respuesta suya en forma de silenciosos párpados extendidos e insobornable sonrisa garante de segura complicidad. A continuación solo un musitado ¿seguro?
[dropcap]E[/dropcap]ra cuestión de tiempo encontrarse en esa de tener que exponer todo lo aprendido a lo intenso del largo curso. Malditos necesarios exámenes. Minutos para mostrar la digestión de todo lo masticado durante meses. Y la correspondiente penitencia que marcará la aptitud o la impericia respecto la materia concreta. Rehacer de nuevo o hacer de renuevo.
[dropcap]N[/dropcap]o se interprete como una generalización nacionalista por favor, todo lo que tengo que decir de la carita que mira hacia América desde la piel de toro es bueno o mejor. Es por causalidad que el speech fue pronunciado por un nato luso. Buscaba la motivación del grupo, creo que no lo logró pero no por la calidad del discurso, venía de antes. Cuando se instala la sospecha cuesta sacarla incluso con agua caliente y salfumán.
[dropcap]E[/dropcap]n todos los quehaceres de la naturaleza existe un orden lógico, tan seguro de sí mismo que admite libres pulsos sabiendo que ganará inmediatamente o ya lo hará más adelante, quizá muchísimo más, por desfallecimiento de quién postuló. No es cosa mía, también tú has visto briznas de hierba que encontraron orgullosas la forma de bailar con una pequeña raíz cosida en roca, siendo capaz de quebrar la oscuridad de la grava y el petróleo para respirar humo de escapes.
[dropcap]T[/dropcap]ras años de exigente formación reglada y de la otra, gracias a haber seguido el camino marcado por sus sabios mayores, habiendo ingerido litros de conocimiento de las experiencias adquiridas por todos los que siguieron antes que él ese camino, creyó estar seguro de estar a punto de estar a punto.
[dropcap]F[/dropcap]ue hace mucho tiempo, un año antes del primer aniversario del nacimiento de los hombres. Como a ellos, la primera luz los hizo hermanos, casi idénticos, hasta que los separaron apenas minutos después del primer llanto. Fue por tanto apenas un llanto el tiempo que fueron iguales. A ella le esperaría toda una vida siendo deseada, envidiada, idealizada, todo el mundo la amaría, todo el mundo lucharía por ella, por conseguir su favor, su mirada, su sentir. Ella nunca sabría muy bien por qué.
[dropcap]A[/dropcap]l volante no hay problema. Llevaba tanto tiempo haciéndolo que podía dejar de conducir, se encargaba su propia inconsciencia. Se podía permitir así pensar en las cosas más importantes y triviales mientras circulaba en dirección a un lugar cualquiera. En realidad es fácil, como todo, con la práctica suficiente. Muy fácil.
[dropcap]L[/dropcap]os entrañables Harry y Harriet Hart se conocieron siendo niños en un campamento de verano organizado por De todo Corazón, la ONG filo católica de la que sus padres eran miembros activos. Sus fines eran claros. Cultivar la paz y el amor en el mundo. Para los más peques, todas las actividades y juegos tenían un claro sentido bonificado. Los premios y medallas recaían en las manos y cuellos de los que mostraban buenos gestos, no de quienes obtenían las mejores puntuaciones, en nada influía ser miembro del equipo ganador o del que perdía. Redundante cuando la idea solo es una, aunque sea tan bonita como amar a lo prójimo.
[dropcap]D[/dropcap]inero fácil para quién apostara porque terminarían por asociarse y compartir un proyecto de vida. Desde aquel párvulo septiembre fueron los primeros de la primera fila. Según pasaban los cursos el esfuerzo de la prisa dejó de ser necesario, los pupitres delanteros tenían sus apellidos.