[dropcap]C[/dropcap]omo cada día me levanto cuando suena el despertador, pero hoy, ¡qué mala suerte!, al ir a sacar la taza del microondas la he golpeado ligeramente contra la puerta con el resultado de derramar parte del contenido sobre mi mano… ¡qué dolor! He estado a punto de tirar la taza al suelo. He debido perder unos minutos al intentar curarme porque al salir de casa he visto que era más tarde de lo habitual. A correr. He bajado al garaje a coger el coche, rápido he salido a la calle y no podía creer que estuviera cortada la avenida por obras y nos desviaran a todos por esa estrecha calle en la que avanzábamos a ritmo de tortuga…”
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