En una manifestación de «chalecos amarillos» que tuvo lugar el pasado sábado en París, uno de ellos, antiguo boxeador profesional, agredió a varios agentes antidisturbios. Tras recibir numerosas muestras de apoyo, la ministra francesa de Transportes, Elisabeth Borne, ha criticado a los ciudadanos que se han puesto de su parte.
La crisis de los ‘chalecos amarillos’ complica las relaciones comerciales entre Castilla y León y Francia, que generan un tráfico de 5.000 toneladas diarias, unas 160.000 mensuales con un valor de unos 510 millones de euros. La protesta, que lleva como símbolo esta prenda que los automovilistas franceses deben llevar en sus vehículos, arrancó como respuesta al impuesto al diésel, pero en pocas semanas se ha extendido al resto del país.
[dropcap]E[/dropcap]l nuevo orden es un desorden. Su efecto más notable es la tensión, la disensión permanente, la ruptura como pandemia. Todo se disuelve y se disgrega.