[dropcap]E[/dropcap]l DRAE enseña que berrea es la brama del ciervo y otros animales en época de celo. Grito o lloro desaforado, principalmente de un niño, viene definido por el verbo berrear. Nunca estos lexemas habían tenido tanto eco hasta las elecciones andaluzas del 2 de diciembre. Su resultado final arrebató catorce escaños al PSOE, seis al PP y tres a Podemos. Ciudadanos aumentó doce y Vox irrumpió de forma fulgurante en el Parlamento andaluz con otros doce. Esa misma noche, Susana debió berrear en silencio dado el semblante percibido cuando admitió su derrota. Imagino también la terrible tortura de miles y miles acomodados alrededor del poder. Podemos, al día siguiente, lanzó un berrido antidemocrático (¿acaso cabe otro?) induciendo a tomar la calle como símbolo y pujanza de “lucha antifascista”.