Castilla y León registró un total de 10.757 fallecidos desde la semana en que se declaró el estado de alarma (14 de marzo) hasta la del 24 de mayo (once semanas), lo que supone un aumento del 78,1 por ciento, respecto a las registradas en el mismo periodo del año anterior, en datos absolutos, 4.717 muertes más, según un informe del INE sobre Estimación de Defunciones Semanales durante el brote de COVID-19 (EdeS)