[dropcap]La[/dropcap] figura del diablo ha estado presente en la cultura popular desde tiempo inmemorial y su recurrente representación en el arte románico da buena muestra del interés o preocupación que su horripilante imagen despertaba en las gentes del medievo. «Para el hombre medieval, el diablo era tan real y estaba tan presente en su vida como cualquier otra cosa tangible; existía sí o sí, y creían en él a pies juntillas».