Como cifra podría darme insinuar la efeméride, al juego del historiador y contarte que en ese año, entre otras cosas, se quemó en la hoguera a Miguel Servet, descubridor de la circulación pulmonar de la sangre, junto a sus libros en las afueras de Ginebra. Hereje, dijeron. A quién se le ocurre defender el bautismo en edad adulta y negar la Trinidad.
El Elefante Rosa
Días malos, cosas buenas
Que todas las cosas malas tienen aspectos buenos es una afirmación de mierda. Las cosas malas son malas y punto. Pero sí, esconden cosas buenas. Ruego me permitas estos próximos minutos como público desahogo. Es lo que tiene un adiós inevitable.
Impuesto a la palabra
[dropcap]M[/dropcap]alos tiempos para la lírica. Magníficos para la prosa vacía. De capa caída las palabras bonitas excepto para quienes buscan poesía. No faltará quien la genere, quien la comparta, incluso quien la escriba, quizá tantos como los que la disfrutan. Por eso son malos tiempos. Porque no somos todos. Y por eso no hay tiempo, por eso las prisas, por eso sin pausa.
Miedos y enemigos
[dropcap]Q[/dropcap]ue el miedo es una pista acerca de que algo nos importa, debería ser más que suficiente como pista. Que los acontecimientos consuetudinarios que se nos dan a rutinarios seres, como somos en nuestra inmensa mayoría, le importan un pimiento a la también inmensa mayoría de los demás seres a los que también les suceden cosas que, mayoritariamente nos importan otro pimiento, nos deja sin apenas enemigos.
Primer día
Me reconozco defensor de la idea de que caos y libertad comparten al menos a uno de sus padres. No lo tengo aun claro del todo pero apuesto a que es la mitad masculina, generalizando, por su versión menos cuidadora.
Es logan, es
– Bienvenidos una semana más a este vuestro espacio, amigos del boquiplatiquismo y de la ojiapertured. Sin vosotros no sería posible, dejándonos huérfanos a todos de las explicaciones a los grandes enigmas de nuestro tiempo. Soy Sebastián Debás. Comenzamos.
Sintiéndolo en el olmo
[dropcap]C[/dropcap]on los rigores del extremo verano, debido a ciertas anomalías puntuales, al cambio climático global, a los ecologistas o a que a señores y señoras del tiempo les pidiera el cuerpo impedirnos decir que ya no hay veranos como los de antes, ella salió a la calle.
La noticia del día
[dropcap]Y[/dropcap] nos acordamos del qué cuando ya no lo tenemos o cuando dudamos de poder conseguirlo o mantenerlo. Un qué concreto. Uno que estaba y dejó de estar o no estará, por eso se muda a la memoria al abandonar su lugar en la palma de las manos, su pose delante de los ojos, trascendiendo a eco, deshaciéndose en la boca, transformando el olor en simple respiración.
Itos
[dropcap]S[/dropcap]in hache, nada que ver con las piedras con papel de señal que descansando en el suelo marcan una línea invisible o una dirección. Nada que ver con esos acontecimientos puntuales que marcan un momento significativo en un proceso de tiempo o en la vida de cualquier cualquiera.
El tuerto y el rey
[dropcap]Q[/dropcap]uería empezar con un “como decíamos ayer”, pero ya está cogido. He valorado también el “para un ratito que falto, la que habéis liado”, pero bien escarbado, lo que realmente me he perdido ha sido verte los ojos desde las letras, cosa mía. Así que al final, he decidido apostar por un “disculpe por la espera, ya estamos con ustedes”.