[dropcap]P[/dropcap]ara una misma pregunta, como casi siempre dos respuestas igual de adecuadas. Depende. ¿Qué color se encuentra entre el blanco y el negro? El gris. Bien. Cualquiera. También bien.
[dropcap]P[/dropcap]ara una misma pregunta, como casi siempre dos respuestas igual de adecuadas. Depende. ¿Qué color se encuentra entre el blanco y el negro? El gris. Bien. Cualquiera. También bien.
[dropcap]M[/dropcap]e encontré con un curioso e inesperado encargo. Escribir unas palabras con las que acompañar un mal momento. Aceptando con seriedad y vinculación, entendí que la emoción capital en una situación así, o al menos, alrededor de la que giran todas las vibraciones que somos capaces de balbucear, sentir o generar, sería la pena.
[dropcap]M[/dropcap]e gustaría poder hablar de responsabilidad, pero en este caso, la acepción adecuada es culpa. Si has puesto los ojos delante de algún medio informativo escrito en estos últimos días, enhorabuena por un lado y te acompaño en el sentimiento por otro. Probablemente has tropezado con una noticia aterradora. Las patatas son peligrosísimas de la vida. Desde siempre, aunque no lo supiéramos.
[dropcap]S[/dropcap]i la Tierra es plana, sus límites están al este de Japón y al oeste de Portugal, porque entre esos puntos, doy fe, no hay abismo, o al menos yo no lo he visto cuando he estado en estos extremos. Tengo amigos que han estado en California y tampoco me han contado nada al respecto, así que la sospecha del borde del confín ha de dirigirse hacia algún lugar del pacífico océano de nuestro atrás. Evidentemente.
[dropcap]P[/dropcap]ues es que resulta que me han dicho eso que ha pasado, fíjate tú, que es terrible y que ya no es que sea terrible sino que además, no te lo cuentan porque no quieren que se sepa, porque si llega a saberse, se monta una que no sé yo. Fíjate tú, bis.
[dropcap]E[/dropcap]n tiempos de bonanza de conocimiento en los que básicamente cualquier humano es doctor con una buena causa honoris, debemos ser cuidadosos con la gestión de los protocolos propios de las relaciones sociales. Si bien es cierto que el más tonto te hace un reloj, hay que tener en cuenta que de listos está el mundo lleno. En el tutorial de hoy, un par de claves básicas para interactuar con estos últimos, por poseedores de la verdad y por estar llamados al liderazgo del cambio consciente de ésta avanzada y avezada sociedad del siglo 31 nuestra.
[dropcap]R[/dropcap]econózcase la crítica como ese conjunto de opiniones o juicios que responden a un análisis y que pueden resultar positivos o negativos. Cojamos una serie de datos, procedamos a su despiece en laboratorio, saquemos las conclusiones parciales de cada parte y ensamblémoslas posteriormente para su empaquetado previo a la envoltura, el lazo y la dedicatoria.
[dropcap]C[/dropcap]ómo es el cosmos, ¿verdad? Tan grande el, tan infinito, tan cosmo–polita. Sabedor de que todo lo incluye, todoposesor. Con semejante tamaño le supongo la imposibilidad de estar pendiente de ese todo, todo el tiempo.
[dropcap]C[/dropcap]on catorce años, quizá sea pronto para tenerla. Decir quizá, ya sabes, es un seguro para poder mentir sin que medie ni media mentira. Quizá sí, quizá no. Como media mentira es que quien solo posea esa edad pensará que los que tienen muchos más agostos, en realidad, no saben de qué va la vida. La media mentira existe. La media verdad, no. Esta, o es entera, o no es.
[dropcap]L[/dropcap]a gracia de quedarse hasta el final de la fiesta se presenta al hacerte capaz de defender con certeza haberlo visto todo. Es una gesta que se ha de mascar poco a poco, con funcionamiento inverso al chicle, que es al principio cuando ofrece todo su sabor a fresa de mentira. Con el primer hasta luego inter molar va mitigando su sabor, su capacidad de saber.