Fernando de Rojas solo hay uno

Las pintadas en el Huerto de Calisto y Melibea (3)

Las paredes del Huerto de Calisto y Melibea se llenan de ‘poemas’ cuyos ‘autores’ tienen en común con Fernando de Rojas, que el autor de la Celestina firmó con versos acróstico, y estos poetas firman con sus iniciales. La cursilería, que no se da en La Celestina, sí que se puede apreciar en las paredes del Huerto de Calisto y Melibea, que han servido de ‘pergamino’ a los copleros con su amor hiperbólico: “Me muero cada noche que esté sin verte”.

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El Huerto de Calisto y Melibea. El Jardín del Visir

[dropcap]M[/dropcap]aría José tuvo un profesor de arte que además de sus saberes trasmitía a sus alumnos amor a Salamanca, Rafael Lainez Alcalá. Oírle era una delicia, era un genio. Deslumbrado por el arte y por la cultura salmantina, no se conformaba con explicar en el aula, muchos días se llevaba a los alumnos a visitar los monumentos salmantinos, y en plena calle les explicaba el románico, el gótico o el barroco.

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La historia de cómo se compró el Huerto

 

La entrada del Huerto de Calisto y Melibea.

[dropcap]E[/dropcap]l profesor Rafael Lainez Alcalá explicaba a sus alumnos el arte paseando por Salamanca. En uno de esos paseos visitaron el huerto de Calisto y Melibea, donde les enseñó el árbol del amor, les hizo agarrarse de la mano haciendo un corro y cantar canciones amorosas.

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A 30 metros de la papelera

 

A 30 metros del banco donde se 'sentaban' las botellas se encuentra esta papelera, justo antes de la salida.
A 30 metros del banco donde se ‘sentaban’ las botellas se encuentra esta papelera, justo antes de la salida.

Quizá sea uno de los jardines más bellos de la ciudad. Es un huerto auténtico, con sus hortalizas, sus flores, sus árboles frutales,… es el Huerto de Calisto y Melibea, un lugar romántico y fresco donde pasear, leer, relajarse y hacer botellón. Sí, también hacer botellón.

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