[dropcap]E[/dropcap]n mi etapa de subdelegado del Gobierno en Salamanca presidí el Patronato de doña Inés LunaTerrero. En 2004 solamente este patronato quedaba sin transferir en las nueve provincias de Castilla y León. Había sido creado por decreto de la Jefatura del Estado, siendo Franco el artífice, y esta singularidad lo mantenía ligado al Gobierno de España.
memorias de un alcalde
La filantropía republicana
[dropcap]O[/dropcap]tra de las fundaciones en las que intervine fue la de Segundo Vicente y Perfecta García de Corselas. El matrimonio vino a verme con unos parientes suyos, un religioso marista y la hermana de éste, profesora de la Universidad de Salamanca.
La semilla de don Vicente
[dropcap]U[/dropcap]na mañana al despachar la correspondencia me entregaron una carta de un notario de Madrid en la que se me comunicaba que un personaje nacido en Salamanca me había nombrado albacea testamentario en mi condición de alcalde de la ciudad. Se trataba de un antiguo asilado en la escuela hogar de la Fundación Rodríguez Fabrés. Siguiendo los pasos de don Vicente, su benefactor, dejaba parte de su fortuna en manos institucionales.
Las riquezas del Patronato de la Vega
[dropcap]E[/dropcap]n la sala de juntas del patronato se conservan algunos de los muebles nobles, aparador y espejos, de la familia del fundador. Asimismo se guardan los retratos de los padres del fundador, de muy buena factura. También se puede observar un lienzo, de regular calidad, en el que se recrea la vida del convento de los canónigos de la Vega.
El Patronato de la Fundación de don Vicente
[dropcap]N[/dropcap]o olvidó crear una Junta de Patronos en la que están presentes las máximas dignidades de la ciudad y provincia. La preside el obispo y son miembros el canónigo magistral de la catedral, el rector de la Universidad Literaria, que hace las veces de secretario, el fiscal jefe, el presidente de la Diputación y el alcalde.
La Fundación Rodríguez Fabrés
[dropcap]L[/dropcap]a gran fundación de Salamanca es sin duda la de Vicente Rodríguez Fabrés. Era don Vicente uno de los hombres más ricos de Salamanca, sino el más rico. Banquero, de los muchos que ha dado esta tierra. Baste recordar entre ellos a las familias Coca y Cobaleda que los entrados en años recordarán, sobre todo por la quiebra de la última.
Patronatos Salmantinos
[dropcap]V[/dropcap]isitando con Pablo de Unamuno y un grupo de vecinos de Morille la casa museo de su abuelo, en una de las estancias, colgada de una pared, nos encontramos una orla especial, que llamaba la atención. Nadie llegaba a comprender su significado. En ella aparecía Unamuno con otros tres personajes. Por su ropaje supimos que uno de ellos era el obispo y otro un sacerdote desconocido. Una orla con tan solo cuatro personajes y una leyenda: San Ambrosio. Pablo no sabía su procedencia y, de repente se me encendió una luz y recordé.
La figura del alcalde protector
[dropcap]E[/dropcap]n una ocasión vinieron a visitarme dos hermanas de mediana edad, vestidas muy recatadamente. Al sentarse no hacían más que tirar de las faldas para tapar las rodillas y piernas. Una vez acomodadas y al pedirles que me contaran el origen de su visita la más joven me espetó:
El despacho de la alcaldía
[dropcap]L[/dropcap]a vida cotidiana del despacho de la alcaldía aportaba también sus anécdotas, pequeños acontecimientos para recordar. Juanjo Real Oliva filtraba las peticiones de audiencias.
Fechas para recordar
[dropcap]E[/dropcap]n las Ferias y Fiestas de 1986 tuvo lugar un homenaje al “Tamborilero Charro”. En la plaza de Baleares, situada en Pizarrales, se dieron cita 31 tamborileros de la provincia.
