[dropcap]O[/dropcap] sentido común. Correteando por los tiempos nos detuvo en la Catedral Vieja la percepción de extraños movimientos —no estábamos en la mañana del 1 de noviembre de 1755 ni era el 26 de enero de 1531, fechas en las que se produjeron sendos fatídicos terremotos en Lisboa— pues un día sin precisar de un año indeterminado una comitiva formada por un juez, el escribano, los alguaciles y las dos partes implicadas en una denuncia, recorría el recinto catedralicio hasta llegar a los pies de una imagen a la que su señoría debía tomar declaración.