[dropcap]D[/dropcap]ebo reconocer, que sus Delicias Navideñas son eso, delicias; sin embargo me parece absurdo y además dañino para el medio ambiente que, embaladas en una bonita caja de madera, que se puede transformar en un juguete o en cualquier cosa de segunda utilidad o simplemente puede ser reciclada, al abrirla, me encuentre con una tremenda bola de plástico en tiras cuyo único propósito, parece, que es el de hacer una cama para soportar el peso de las delicias o para inmovilizarlas dentro de la caja.