[dropcap]S[/dropcap]iempre es difícil despedir a un ser querido. No te hemos conocido, pero sí hemos sabido de ti gracias a la persona que más te quería, tu mujer, mi abuela, Encarna, que nos hizo saber que eras un buen padre, un buen hijo y un buen marido». Así homenajeaba su nieta Elizabeth a su abuelo Ramón Haro Gómez, que desde este 3 de junio descansa en Salamanca. Por fin, más de 80 años después regresa junto a su mujer Encarna, que esperó todos los días de su vida a que se abriera la puerta y por ella entrara su marido.