[dropcap]U[/dropcap]nas semanas han pasado desde que el Reino Unido ha hecho efectivo su abandono de la Unión Europea. La decisión del gobierno de Boris Johnson es la consecuencia inevitable de la victoria en referéndum de los partidarios de abandonar la institucionalidad europea. El llamado Brexit, proceso impulsado por una consulta ciudadana que fue presentada como un paradigma de la democracia, se ha convertido ahora en el desastroso ejemplo de lo que sucede a una opinión pública indefensa ante la demagogia. Solíamos creer que un referéndum era la quintaesencia de la democracia. Ahora sabemos que detrás de esos mecanismos de participación ciudadana, por los que inconscientemente transita el electorado, se esconden curvas peligrosas.