[dropcap]E[/dropcap]l pasado mes de mayo, escribí en este mismo periódico una columnatitulada Imagina que cierra Medicina. El artículo alcanzó cierta difusión y fue muy comentado en las redes sociales, especialmente por alumnos y profesores de la facultad (más por los primeros que los segundos). También mereció las críticas de personas con responsabilidades académicas que, sin citarlo directamente, lo catalogaron públicamente de “crítica destructiva”.